Fráncfort (Alemania) 22 feb (EFE).- Los pilotos de Luftansa
interrumpirán mañana la huelga iniciada la pasada medianoche para
dar cabida a una nueva ronda de negociaciones entre el sindicato
Cockpit y la compañía alemana, aunque el tráfico aéreo no se
normalizará hasta finales de semana.
Así lo acordaron hoy representantes de Cockpit y de Lufthansa
tras la vista oral celebrada en el Tribunal de Trabajo de Fráncfort,
ante el que Lufthansa había cursado una denuncia por considerar la
huelga sin base jurídica y desproporcionada.
Las partes decidieron, tras consultar por separado, seguir la
recomendación de la magistrada encargada del caso, Silke
Kohlschitter, y volver a la mesa de negociaciones con buena voluntad
y responsabilidad.
Según fuentes de Cockpit, los pilotos serán llamados a retomar el
servicio mañana, aunque portavoces de Lufthansa advirtieron de que
la vuelta a la normalidad será progresiva y no habrá normalidad en
su tráfico aéreo hasta finales de semana.
Cockit precisó que el acuerdo alcanzado hoy habla de interrupción
y no de desconvocatoria, en tanto que se han dado de plazo para la
obtención de un acuerdo hasta el próximo día 8 de marzo.
Los pilotos de Lufthansa iniciaron la pasada medianoche una
huelga de cuatro días de duración que, según estimaciones de la
compañía, habría generado daños de hasta cien millones de euros.
La protesta obligó a Lufthansa a elaborar un plan de emergencia
que contemplaba la cancelación de hasta 3.200 vuelos, en su mayoría
domésticos, pero también internacionales.
Lufthansa consideró la huelga desproporcionada y horas después de
que comenzara puso por la vía de urgencia una demanda judicial con
la intención de pararla.
"La huelga es desproporcionada y Lufthansa está obligada a
impedir que haya daños para la empresa, sus trabajadores y
accionistas", declaró el portavoz de la aerolínea, Andreas Bartels.
El portavoz de Cockpit, Alexander Gerhard-Madjidi, saludó la
celebración de esa audiencia porque "nos permitirá explicar nuestras
posiciones y demostrar que la huelga no es desproporcionada, que se
han tomado las medidas necesarias".
El detonante de la huelga fue el profundo desencuentro que hay
entre las posiciones de Lufthansa y Cockpit sobre las perspectivas
laborales de los cerca de 4.000 pilotos afiliados a este sindicato.
Cockpit exige una subida salarial del 6,4 por ciento durante un
año, aunque están dispuestos a renunciar a ese incremento si la
empresa garantiza los puestos de trabajo y asegura que las filiales
de bajo costo no asumen trayectos ahora cubiertos por Lufthansa o
ellos mismos son transferidos a estas líneas.
Los pilotos ligados a Lufthansa por convenio colectivo tienen un
sueldo de 62.000 euros brutos anuales en el caso de un piloto que
comienza, 110.000 euros para un capitán y alrededor de 250.000 euros
brutos en el caso de un comandante al final de una carrera exitosa.
Además de la graduación, inciden en el sueldo las horas de vuelo,
tipos de avión pilotados, entre otros.
Otro de los escollos de la negociación fue una norma fijada hace
dieciocho años, según la cual sólo los pilotos sujetos al convenio
colectivo deben pilotar los aviones de la compañía con capacidad
superior a los 70 pasajeros.
Por otra parte y mientras Lufthansa intentaba detener la huelga
en instancias judiciales, la compañía recibió hoy la amenaza de
paros parciales del sindicato independiente de acompañantes de vuelo
(UFO), que representa a unos 16.000 trabajadores de cabina.
UFO exige a la empresa que se siente a negociar la renovación del
convenio, lo que no ha sucedido hasta ahora, y muestre disposición a
mejorar las condiciones de trabajo, entre ellos una semana laboral
de un máximo de 40 horas y la participación -ahora obligatoria- de
asistir a seminarios en su tiempo libre. EFE