Sao Paulo, 22 abr (EFE).- El Ministerio Público del estado
brasileño de Minas Gerais ha prohibido desde hoy la venta del Toyota
Corolla, después de que algunos vehículos de ese modelo fabricados
en esa región presentaron defectos en su aceleración.
"Según el fabricante, el problema es causado por la falta de
fijación del tapete, pero esa información no es dada al consumidor
al momento de la compra, ni está visible en el interior del
vehículo", apuntó en una nota el fiscal de Justicia de Defensa del
Consumidor de Minas Gerais, Amauri Artimos da Matta.
El fiscal señaló que la advertencia "consta sólo en el manual de
instrucciones del automóvil, lo que no atiende la exigencia del
Código de Defensa del Consumidor".
En Minas Gerais, estado del sudeste brasileño, nueve vehículos
han presentado ese problema, según la procuraduría.
La venta del automóvil será retomada "cuando el fabricante adopte
medidas que impidan el cambio del tapete original de fábrica y
efectúe el de los tapetes de los vehículos (que están) en
circulación", agregó al nota.
En los últimos meses Toyota convocó para la revisión por
problemas de seguridad, la mayoría por bloqueo del acelerador por
causa del tapete, a más de ocho millones de automóviles en todo el
mundo.
Portavoces de la compañía convocados por una comisión de la
Asamblea Legislativa de Minas Gerais indicaron que el problema era
por la falta de uso de las presillas originales en los tapetes, pero
los diputados regionales consideraron que la empresa no informaba
debidamente de ese asunto.
Toyota Brasil todavía no se ha pronunciado sobre la decisión de
la Justicia.
En Estados Unidos, Toyota aceptó esta semana el castigo impuesto
por las autoridades por ocultar durante meses un defecto en sus
vehículos, al acordar el pago de una multa de 16,37 millones de
dólares, aunque dijo que esto no supone reconocer su culpabilidad.
La multa fue impuesta por el mismo defecto que, en algunos de los
modelos más populares de Toyota, hace que el pedal del acelerador se
quede atascado y tarde en recuperarse una vez que el conductor deja
de aplicar presión, lo que puede provocar aceleraciones
involuntarias. EFE