Mar Gonzalo
Nueva York, 22 abr (EFE).- El presidente de Estados Unidos,
Barack Obama, pidió hoy a Wall Street que se ponga de su lado y le
ayude a aprobar una reforma que permitirá que el sistema financiero
estadounidense siga siendo "la envidia del mundo".
"Con la aprobación de estas reformas, contribuiremos a asegurar
que nuestro sistema financiero, y nuestra economía, sigan siendo la
envidia del mundo", dijo Obama, quien se desplazó hoy expresamente a
Nueva York para pronunciar este discurso cerca de Wall Street, el
centro neurálgico del sector.
A sus máximos directivos, reunidos en el centro universitario
Cooper Union, los apremió: "a unirse a mí", no sólo "por el interés
de su sector, sino por el de nuestro país".
Obama dijo alegrarse de volver a estar a tan sólo "unas manzanas
de Wall Street", lo que provocó risas sarcásticas entre un auditorio
formado por unas setecientas personas, entre ellas directivos de la
industria, y que hizo que el presidente insistiera: "De verdad que
me alegro".
Tras esa breve distensión, apuntó que desde la última vez que
habló en Cooper Union, hace dos años, en EE.UU. se han destruido
ocho millones de empleos, han quebrado "innumerables" negocios y se
han perdido billones de dólares.
"Como país nos hemos visto forzados a dar unos pasos sin
precedentes para rescatar al sistema financiero y a la economía",
apuntó Obama, quien aseguró que gracias a esas medidas, algunas
"impopulares", ya se ven "señales de esperanza", como la creación de
empleo, cuando hace un año se perdían 750.000 trabajos mensuales.
Entre constantes aplausos del auditorio, formado también por
representantes de afectados por la crisis y defensores de
consumidores, argumentó que la crisis financiera fue uno de los
detonantes de la recesión.
La crisis, dijo, "nació de una falta de responsabilidad, desde
Wall Street hasta Washington, que derrumbó muchas de las mayores
firmas financieras del mundo y casi arrastra a nuestra economía
hasta la segunda Gran Depresión".
Obama advirtió de que "si se deja pasar este momento" y no se
aplica la reforma que estudia el Senado, la crisis se repetirá y la
economía nacional "seguirá asentada sobre tierras movedizas".
Su intención es aprobar normas "de sentido común" que devuelvan
la confianza en Wall Street y protejan a los consumidores, según
explicó sobre un proyecto que aporta "mejoras significativas en las
defectuosas reglas" que rigen el sector, "pese a los frenéticos
esfuerzos de 'lobistas', que seguro que muchos trabajan para algunos
de ustedes, por ajustarlos a sus intereses".
Para ello, se crearía un mecanismo para proteger la economía del
derrumbe de gigantes financieros, como Lehman Brothers en septiembre
de 2008, cuando se tomaron "decisiones cruciales en apresuradas
discusiones a media noche".
"Necesitamos un sistema para cerrar empresas en esas
circunstancias con el menor daño colateral posible", aseguró Obama,
quien explicó que el mecanismo aún no está decidido, pero que la
propuesta que hay sobre la mesa, la "Regla Volcker", es limitar el
tamaño máximo de las entidades y los riesgos que pueden tomar.
Otro aspecto de la reforma que enfatizó fue aumentar la
transparencia de los mercados, ya que, "en parte, la crisis se
desató por el uso de complicados instrumentos financieros que en
ocasiones desafiaban la responsabilidad y hasta el sentido común".
Esos instrumentos se comercializaron de un modo "tan opaco y
complejo que muy pocos en estas compañías estaban totalmente al
corriente de las tremendas apuestas que se hacían".
"Esta reforma ayudará a garantizar que esas transacciones se
realizan a la luz del día", dijo Obama, quien consideró que esos
complejos instrumentos -a los que Warren Buffett llama "armas
financieras de destrucción masiva", según recordó el propio
presidente- no deben negociarse a la sobra de los reguladores.
Añadió que la reforma quiere hacer que los accionistas tengan
"voz sobre los salarios y bonificaciones que reciben los altos
ejecutivos", que durante la crisis fueron "perversos incentivos para
tomar riesgos".
Se trata, resumió Obama, de un conjunto de reformas que acabarán
con "los rescates por parte de los contribuyentes, sacarán a la luz
a los acuerdos financieros complejos, protegerán a los consumidores
y otorgarán más poder sobre el sistema financiero a los
accionistas". EFE
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