Tokio, 11 may (EFE).- El presidente de Toyota Motor, Akio Toyoda,
dijo hoy que la compañía japonesa cooperará con las autoridades de
EEUU en una nueva investigación iniciada para determinar si actuó
con lentitud en una llamada a revisión realizada en 2005.
Toyoda dijo en la presentación de los resultados anuales que la
compañía cooperará con la Administración Nacional de Seguridad en la
Carretera de EEUU (NHTSA) en la revisión de documentos que lleva a
cabo para determinar si dilató la llamada a revisión de dos modelos
ranchera en Estados Unidos, casi un millón de vehículos.
Esa nueva investigación está motivada por la denuncia de una
firma de abogados californiana, que asegura que el retraso en llamar
a revisión por un fallo en la dirección de estos vehículos estuvo
detrás de la muerte de un joven en un accidente.
Se produce poco después de que Toyota pagase una multa de 16,37
millones de dólares, la mayor impuesta a un fabricante de coches,
por retrasar su actuación en las llamadas a revisión desde finales
del pasado año de millones de vehículos en EEUU por un posible
problema en los pedales de aceleración de varios modelos.
Toyoda recordó que ayer se reunió en la sede de Toyota en la
provincia de Aichi (centro de Japón) con el secretario de Transporte
de Estados Unidos, Ray LaHood, y con altos funcionarios y
"confirmamos que nuestro objetivo común y prioridad es la seguridad
de los conductores".
El primer fabricante mundial de vehículos aceptó el 19 de abril
pagar la millonaria multa por no informar durante meses sobre el
defecto en el acelerador de algunos de sus vehículos, aunque rechazó
que hubiese ocultado el problema.
No obstante, en la presentación de resultados de hoy, la compañía
dijo que el impacto de las revisiones fue menor al anticipado en
febrero, ya que finalmente en el ejercicio fiscal que finalizó en
marzo vendieron 7,23 millones de vehículos, unos 100.000 más de los
que preveía cuando estaba en plena oleada de revisiones en todo el
mundo.
No obstante, confirmó que los gastos relacionados con las
llamadas a revisión rondaron los 180.000 millones de yenes (1.527
millones de euros), a lo que se añaden los costes de las campañas de
financiación para mejorar las ventas. EFE