Pekín, 7 jun (EFE).- Poblaciones enteras de la provincia
meridional china de Cantón trabajan en la falsificación ilegal y
venta por internet de zapatos de marca que se venden en todo el
mundo, según denuncia hoy el diario "South China Morning Post".
El rotativo, que ha llevado a cabo una investigación sobre este
problema, asegura que las autoridades locales no toman medidas para
frenar la falsificación de marcas de lujo occidentales como los
artesanales italianos Christian Louboutin, o bien Gucci, Prada,
Chanel o Louis Vuitton.
Los reporteros del diario se introdujeron en factorías a las
afueras de Guangzhou (capital provincial) en las que está prohibida
la entrada a quien no sea empleado de la fábrica, cuyas ventana
suelen estar tapiadas o cerradas para evitar que desde fuera se vea
lo que sucede en su interior.
Según este testimonio, la localidad emplea a miles de obreros,
entre ellos niños, que trabajan como en las comunas del periodo
maoísta y realizan réplicas de gran calidad de las marcas
mencionadas que son vendidas en todo el mundo a través de internet.
Los obreros tienen que trabajar por lo menos 14 horas diarias y
descansan sólo un día a la semana para conseguir un salario de
supervivencia inferior a 300 dólares (244 euros).
Las web en las que se venden están gestionadas por empresarios
chinos que evitan comerciar en el resto del territorio por temor a
ser descubiertos por los detectives locales empleados por las
grandes marcas.
"Sólo hacemos negocios en internet", señalaron estos empresarios
durante encuentros con los periodistas en los que éstos se hicieron
pasar por emprendedores, y a quienes se les ofrecieron zapatos y
botas de Loubutin por precios que oscilaban entre 68 y 149 dólares
(hasta 124 euros) para pedidos superiores a 50 pares.
"Tenemos buenas relaciones con las compañías de mensajería. Le
prometemos que si hacemos pequeños envíos, no habrá problemas con
las aduanas", desvelaron los vendedores, quienes explicaron que sus
mejores mercados eran Estados Unidos, Reino Unido, Noruega, Holanda
y Francia. EFE