Bruselas, 16 jun (EFE).- Los Veintisiete están decididos a dotar
a la UE de un nuevo sistema de supervisión financiera ya en 2010,
aunque siguen sin lograr un acuerdo completo sobre el alcance de la
reforma y las competencias que tendrán las nuevas instituciones de
vigilancia.
Éste será uno de los temas principales que debatirán los Jefes de
Estado y de Gobierno de la UE en la cumbre que los reunirá en
Bruselas el jueves y viernes próximo.
La Comisión Europea pretende que los líderes respalden esta
semana su propuesta de crear un nuevo Consejo europeo de riesgos
sistémicos y tres nuevas autoridades de supervisión -de banca,
seguros y bolsa-, con la idea de ir presentando tras el verano las
propuestas legislativas para hacerlos realidad.
Según fuentes comunitarias, el Gobierno británico sigue siendo el
principal escollo para que la UE cuente con un modelo de supervisión
financiera más integrado.
Londres se resiste a ceder a las nuevas autoridades
supranacionales parte del control de su potente sector financiero
-el más importante de la UE- y, para evitarlo, está tratando que del
encuentro de los líderes salga un acuerdo lo más superficial
posible.
Según el planteamiento de Bruselas, el Consejo europeo de riesgos
sistémicos se encargaría de vigilar la estabilidad del sistema
financiero en su conjunto y de emitir alertas y recomendaciones -no
vinculantes- si detecta amenazas.
Por su parte, las tres autoridades de supervisión tendrían la
tarea de dictar estándares comunes y mediar en caso de disputa entre
los supervisores nacionales, que seguirían encargados de la
vigilancia diaria de la actividad de las entidades.
Pero a Reino Unido le preocupan las consecuencias de esa
mediación para las arcas nacionales -en caso de quiebra de una
entidad con presencia en varios países- y, por eso, rechaza dotar a
las nuevas autoridades de capacidad decisoria.
Los británicos también están en contra de la vinculación directa
del Consejo europeo de riesgos sistémicos al Banco Central Europeo
-en el que Reino Unido no está representado, al no pertenecer al
euro- y, en concreto, a que su presidente lidere ese nuevo órgano.
Fuentes comunitarias indicaron que, mientras la delegación
británica está haciendo lo posible por rebajar la ambición de la
reforma, otros países están intentando "ir más lejos" de lo
consensuado hasta ahora.
Según el borrador de conclusiones del Consejo Europeo -que
todavía está siendo negociado por los representantes de los
Veintisiete en Bruselas-, los líderes se limitan a respaldar la
creación del Consejo de riesgos sistémicos y el establecimiento del
nuevo Sistema de supervisores.
Valoran, eso sí, la intención de la Comisión Europea de presentar
al principio del otoño como tarde los textos legislativos necesarios
para poner en marcha el nuevo sistema de supervisión comunitario.
"Estas propuestas tienen que ser adoptadas con rapidez para que
el nuevo marco empiece a funcionar a lo largo de 2010", señala el
proyecto de conclusiones. EFE