Por Sarah Marsh
LA HABANA (Reuters) - El que fuera estrella del Royal Ballet, Carlos Acosta, cuya dinámica masculinidad en el escenario ejemplifica el estilo de su Cuba natal, continúa rompiendo barreras mientras su joven compañía de danza exhibe más coreografías extranjeras en un renacimiento cultural en la isla de Gobierno comunista.
"Cuba ha estado aislada durante muchos años", dijo Acosta en el estudio de su compañía en La Habana, y agregó que el público local está versado principalmente en versiones cubanas de obras clásicas como "Don Quijote" y "Giselle".
Desde que se retiró del Royal Ballet y fundó Acosta Danza en 2015 con el objetivo de fusionar el ballet clásico y contemporáneo, el artista de 44 años ha llevado el trabajo de muchos coreógrafos extranjeros de renombre como el estadounidense Justin Peck a la isla caribeña. Otros han creado nuevas piezas para la compañía.
"Traemos más coreógrafos de relevancia para Cuba que cualquier otra compañía, pero al mismo tiempo lanzamos la carrera de coreógrafos cubanos", dijo en una entrevista, agregando que espera que las nuevas piezas reflejen la "nueva Cuba".
En su nueva temporada el próximo mes, Acosta Danza interpretará cuatro estrenos cubanos de piezas de coreógrafos extranjeros, incluido "Rooster", creado en 1991 por el británico Christopher Bruce.
"Rooster", que Acosta interpretó durante su temporada en la década de 1990 en el Ballet de Houston, celebra las décadas de 1960 y 1970 al ritmo de la música de los Rolling Stones, que llegó a estar prohibida en Cuba.
El concierto de la veterana banda británica en La Habana en marzo de 2016, tras la histórica visita del expresidente estadounidense Barack Obama, fue un momento simbólico en el reencuentro cultural y político de Cuba con Occidente.
La temporada "Mitos" de Acosta Danza en el Teatro Nacional de La Habana, del 9 al 11 de febrero, también incluirá piezas de los coreógrafos españoles Goyo Montero y María Rovira, y del belga Sidi Larbi Cherkaoui.
Acosta dijo que la financiación inadecuada durante la crisis económica de la década de 1990 en Cuba, tras el colapso de la Unión Soviética, perjudicó a la escena artística local.
"Cuba no tenía los medios para traer a nadie, así que la escena artística era un poco complicada", dijo. "Pero siento que ahora hay un renacimiento".