México, 13 jun (EFE).- Las remesas que envían los mexicanos desde Estados Unidos a sus familias en México crecerán en un 5,3 % en este año, aunque la cantidad en pesos será menor debido a la devaluación y a la inflación, señaló hoy un análisis del BBVA Bancomer.
"Las remesas, de acuerdo con el escenario base de BBVA Research, registrarán un crecimiento en dólares del 5,3 %, pero el tipo de cambio y la inflación afectarán de forma adversa a las familias que las reciben", precisó la filial mexicana del banco español.
Durante 2010, México recibió un total de 21.271 millones de dólares de remesas, cifra que supuso un pequeño aumento del 0,12 % frente al año anterior.
El máximo histórico anual de remesas se registró en 2007 con un total de 23.979 millones de dólares, cifra uno por ciento mayor a la de 2006.
El documento elaborado por el BBVA Research destacó que en 2012 las remesas tendrán un "mejor comportamiento", si bien aclaró que no se alcanzarán los niveles máximos registrados en 2007, por lo que "habrá que esperar hasta 2013 o 2014 para ello".
La institución destacó que las remesas tienden a desincentivar el trabajo en las familias que las reciben y promueven una mayor asistencia de los menores a la escuela, lo que a largo plazo "podría ser benéfica para los hogares que reciben" los recursos.
También destacaron que la mayor parte de los municipios que reciben remesas muestran mayores tasas de desempleo o con una mayor población en edad adulta, lo que descarta que los recursos sean utilizados en promover el desarrollo de esas comunidades.
Por otra parte, el estudio señaló que de 2007 a 2010 el número de inmigrantes mexicanos en Estados Unidos se elevó apenas en unas 60.000 personas, y se ubicó en 11,8 millones de personas, debido principalmente a la crisis económica y al incremento de los controles en la frontera.
Los investigadores prevén que el flujo de inmigrantes continuará hasta los niveles previos a la crisis, una vez que la economía estadounidense retome sus ritmos de crecimiento.
El documento destacó que pese a la crisis no se dieron regresos masivos de mexicanos, aunque sí se observaron en flujos migratorios al interior de Estados Unidos, con movimientos desde Florida, Arizona y Georgia hacia Nuevo México, Texas y Carolina del Norte.
Asimismo, se registró un movimiento dentro de los sectores económicos, principalmente de la construcción, turismo y esparcimiento, así como de las manufacturas para reubicarse en áreas como servicios profesionales, educación y salud, además de agricultura, pesca, reforestación e información. EFE