Atenas, 29 jun (EFE).- Uno de los diputados disidentes del gubernamental grupo socialista en el Parlamento griego ha decidido cambiar de opinión y apoyará el duro plan de ajuste que desbloqueará la llegada de ayuda internacional y evitará la quiebra del país.
"La votación es crucial para el futuro de Grecia y de Europa, y no puedo asumir la responsabilidad de que mi país empobrezca ni de que se derrumbe la Unión Europea", afirmó el diputado Thomas Rombópulos durante el debate parlamentario previo a la votación, que se espera en unas horas.
Así, el primer ministro griego, Yorgos Papandréu, contaría con el apoyo de 154 de los 155 de su grupo parlamentario, cuando se requieren 151 para aprobar los ajustes.
"Votaré a favor, con la esperanza de que se renegocie pronto el programa de medidas", dijo.
El otro diputado socialista disidente, Alexandros Athanasiadis, ha decidido mantener su oposición por estar en desacuerdo con la privatización de las empresas estatales de electricidad y gestión del agua.
"Mi parecer es que el Estado debe de mantener bajo su administración las empresas de importancia estratégica como las de electricidad y las del agua potable", argumentó.
Los analistas políticos también apuntan que el Gobierno puede recibir el apoyo de varios diputados de la oposición, en concreto de Alianza Democrática, con cinco escaños, que permitirá a sus diputados "votar conforme a su conciencia".
También se apunta que algún otro de la mayor formación opositora, la conservadora Nueva Democracia, rompa la disciplina de partido y respalde el plan de ajuste, aunque ello supondría su expulsión de la formación.
La aprobación del plan abre a Grecia la posibilidad de recibir un tramo crediticio pendiente de 12.000 millones de euros en julio, con lo que evitará la suspensión de pagos. EFE