Teresa Bouza
Estambul (Turquía), 7 oct (EFE).- La Asamblea Anual del FMI y el
Banco Mundial concluyó hoy en Estambul (Turquía) con muchas promesas
pendientes y el mensaje de que hay que mantener la guardia en alto
pese a las señales de reactivación en la economía mundial.
El encuentro sirvió para confirmar también el empuje de los
países emergentes, sobre todo los asiáticos, que se han convertido
en la nueva locomotora de una economía global aún renqueante.
"Esta es la primera vez en la que los países emergentes lideran
la salida de la crisis", dijo a Efe Augusto de la Torre, economista
jefe del Banco Mundial (BM) para América Latina.
Más explícito todavía fue Stephen Green, presidente del banco
HSBC, quien aseguró durante una rueda de prensa el martes en
Estambul que "el centro de gravedad económico mundial" está
cambiando del Oeste al Este.
Con ese nuevo equilibrio de fuerzas como telón de fondo los
responsables de los dos organismos multilaterales reunidos en
Turquía prometieron acelerar la reforma para dar más voz en sus
estructuras de poder a los países en desarrollo.
La realidad demuestra, de todos modos, que las grandes promesas
son difíciles de cumplir.
Lo recordó el propio director gerente del FMI, Dominique
Strauss-Khan, al indicar que la cesión del 2,7 por ciento del voto
de los países ricos sobre-representados a los emergentes
infra-representados aprobada el año pasado aún no ha entrado en
vigor porque sólo la han ratificado 36 de los 111 países necesarios.
Todo hace prever que el traspaso del cinco por ciento adicional
de poder de voto que se quiere llevar a cabo en el FMI y el tres por
ciento en el BM afrontará una cuesta igual de empinada.
De ahí que voces críticas como la del ministro ecuatoriano de
Finanzas, Diego Borja, crean que tras el alboroto y el "echarse
flores unos a otros" hay unas medidas "extremadamente tibias" y no
la reforma profunda por la que aboga el mundo en desarrollo.
Las reuniones sirvieron, por lo demás, para incidir en el mensaje
de que la economía mundial ve la luz al final del túnel y crecerá un
3,3 por ciento en 2010 tras contraerse un 1,1 por ciento este año.
Aun así, parece haber consenso en la necesidad de mantener los
paquetes de estímulo hasta que la recuperación no esté afianzada.
Entre las notables excepciones está China, que expresó durante el
encuentro su preocupación por un posible repunte inflacionario, algo
que no parece desvelar al resto de potencias económicas dispuestas a
prolongar los paquetes de estímulo monetario y fiscal.
El mensaje de que la recesión está superada no convenció a todos
y no faltó quien como el Premio Nobel de Economía Joseph Stiglitz
señalase que con tasas de desempleo que superan el 10 por ciento en
muchos países no se puede decir que la crisis haya acabado.
En lo que sí hay acuerdo es en que el consumidor estadounidense
ha tirado la toalla y no podrá seguir siendo el motor económico
global tras ver diezmado su poder adquisitivo por la crisis.
De ahí que los titulares de Economía y Finanzas de los 186 países
socios del FMI y el BM trataran de vislumbrar potenciales nuevos
focos de crecimiento.
La mayoría parece apostar por un incremento del consumo y la
demanda doméstica en los países emergentes, sobre todo los
asiáticos, algo que se espera ayude, en el caso chino, a la
apreciación del yuan.
Los socios comerciales del gigante amarillo lo acusan de una
ventaja competitiva desleal al mantener artificialmente bajo el
valor de su moneda.
Los tipos cambiarios fueron de hecho otro de los focos del debate
en Estambul y la conclusión parece ser la de que el dólar seguirá
débil pero no se desplomará y el yuan no abandonará de la noche a la
mañana su vinculación al billete verde.
En otro orden de cosas, el presidente del Banco Mundial, Robert
Zoellick, dijo que el organismo necesita ampliar su capital para
mantener el actual volumen de préstamos, una iniciativa que recibió
una tímida respuesta.
Por lo demás, la policía turca reprimió hoy duramente por segundo
día consecutivo a los manifestantes que protestaban contra las
reuniones del FMI y el BM.
Los enfrentamientos provocaron la muerte ayer de una persona, que
falleció a raíz de un infarto. EFE
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