Nueva York, 15 ene (EFE).- Las grandes entidades financieras de
Estados Unidos podrían llegar a pagar 145.000 millones de dólares a
sus directivos por su trabajo en 2009, una cifra récord que
superaría en un 18 por ciento a la abonada el año anterior, según el
Wall Street Journal.
El diario neoyorquino publica hoy un informe de elaboración
propia en el que detalla que los ejecutivos, operadores de bolsa,
gestores de fondos y otros responsables de las 38 mayores entidades
financieras del país podrían llegar a ingresar, incluso, más que en
2007, el año en que más dinero se ha pagado a este colectivo.
La celeridad con que se han retomado las elevadas compensaciones
entre los profesionales del sector sorprende especialmente, porque
hace tan sólo un año la industria sufría el estallido de una burbuja
financiera que llevó a temer por la estabilidad de todo el sistema.
Además, requirió una intervención pública sin precedentes para
sanear las entidades, que, sin embargo, un año después están
volviendo a pagar espectaculares incentivos a sus empleados y no han
suspendido el reparto de dividendos entre sus accionistas, pese a
que el país ha pasado por una dura recesión que ha elevado la tasa
de desempleo hasta el 10%.
"La rápida recuperación de las remuneraciones en Wall Street, que
quedarán al descubierto con la publicación de los resultados del
cuarto trimestre, empezando hoy por JP Morgan Chase, ha expuesto al
sector a una ampliación de las medidas de represión, entre ellas el
impuesto para recaudar 90.000 millones de dólares en diez años que
anunció el jueves el presidente Barack Obama", explica el diario.
Detalla que, si lo aprueba el Congreso, el nuevo impuesto
afectará a unas cincuenta entidades, aunque tendrán una especial
incidencia en seis: Citigroup, JP Morgan, Bank of America, Goldman
Sachs Group, Morgan Stanley y Wells Fargo.
Cada una de estas últimas podría tener que pagar mil millones de
dólares anuales, aunque en los casos de Citigroup y JP Morgan la
cantidad se podría elevar hasta los 2.400 millones.
Según el diario, hay analistas que calculan que ese impuesto
podría suponer el 5% de los beneficios del sector de este año.
Con este nuevo gravamen, bautizado como "impuesto de
responsabilidad en la crisis financiera", Obama quiere penalizar a
la banca por sus excesos -entre ellos las "bonificaciones obscenas"-
y recuperar parte del dinero público invertido en el rescate.
Según Obama, "si los grandes bancos están en tan buenas
condiciones que pueden pagar bonificaciones obscenas, también pueden
devolver a la ciudadanía el dinero que los salvó del colapso".
Esas bonificaciones a las que se refiere Obama alcanzarán en 2009
los 145.850 millones de dólares, el 32,4% de los ingresos de las 38
mayores entidades financieras estadounidenses, según los cálculos
del Wall Street Journal.
Las abonadas con cargo a 2008, en plena crisis, fueron de 123.400
millones, el 40,3% de los ingresos de ese año.
Este incremento tendrá lugar gracias en parte a que los ingresos
de las entidades financieras en 2009 -que se harán públicos en los
próximos días- serán un 47% superiores a los de 2008 y un 25%
mayores que los de 2007.
Ello permitirá que los ejecutivos del sector ganen por su labor
en 2009 una media de 149.192 dólares, casi 3.000 dólares más que en
2007, según el diario, que recuerda que varias entidades han
advertido a sus trabajadores de que sus bonificaciones incluirán en
esta ocasión más acciones de la empresa y menos dinero en efectivo.
Estas cantidades incluyen desde salarios hasta seguros médicos,
planes de pensiones y acciones entregadas de unas compañías, que,
generalmente, buscan con este tipo de compensaciones retener a sus
empleados más valiosos. EFE