Brasilia, 12 abr (EFE).- Centenares de personas se concentraron
en la mañana de hoy en la Explanada de los Ministerios, centro
político de Brasilia, para protestar contra los planes del Gobierno
de Luiz Inácio Lula da Silva de construir una enorme hidroeléctrica
en el corazón de la Amazonía.
La represa de Belo Monte, que el Ejecutivo pretende construir en
el río Xingú y tendrá una potencia de 11.233 megavatios, será la
tercera mayor del mundo por detrás de la china de las Tres Gargantas
y la de Itaipú, que comparten Brasil y Paraguay.
Los indios y diversos movimientos sociales han denunciado, sin
embargo, que la obra, que se levantará en el municipio de Altamira,
en el estado amazónico de Pará, causará un daño irreparable al
ecosistema de la zona y arruinará la forma de vida de miles de
pobladores de esa región selvática.
Para presionar al Gobierno para que dé marcha atrás en su
proyecto, unas 1.500 personas entre indios, ambientalistas y
miembros de ONGs se concentraron hoy desde temprano en la Explanada
de los Ministerios para hacer oír su voz.
"En el Xingú hay miseria hoy y habrá más miseria con Belo Monte",
señalaba una pancarta de los manifestantes, mientras que uno de los
participantes, micrófono en mano, acusaba al Gobierno de querer
"destruir el medio ambiente", pero anotaba que "el pueblo está aquí
para defenderlo".
Los organizadores esperan que a la protesta se sumen más tarde el
director de cine canadiense James Cameron, la actriz Sigourney
Weaver y otros miembros del equipo de la taquillera película
"Avatar", que apoyan la causa de indios y ambientalistas.
Cameron, que tiene previsto dar hoy una rueda de prensa en
Brasilia, visitó a finales de marzo pasado la región donde se
construirá la represa y se entrevistó con miembros de varias tribus,
así como con el obispo de la Prelatura del Xingú, Erwin Kreutler,
que también se opone a la hidroeléctrica.
Tras esa visita, Cameron pidió al Gobierno de Lula que
reconsidere su decisión de construir la hidroeléctrica por el
impacto negativo que la inundación de tierras causará a varios
pueblos indígenas de la Amazonía.
La obra exigirá inversiones por cerca de 10.600 millones de
dólares y está previsto que el día 20 de este mes se abran los
sobres con las ofertas para su licitación.
Los indios han amenazado con un "baño de sangre" si los tractores
entran en sus tierras y el Ministerio Público Federal pidió que se
anule la licencia ambiental concedida a la hidroeléctrica.
El Gobierno esperaba que varios consorcios se inscribieran para
la licitación pero sólo uno, formado por las empresas brasileñas
Vale, Votorantim Energía y las constructoras Andrade Gutiérrez y
Neoenergía, ha manifestado interés en participar en la obra. EFE
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