Actualiza con más datos de la presentación del informe y cambia
el titular
Madrid, 16 jun (EFE).- La banca española puede superar los retos
planteados por la recesión y el aumento de la morosidad, a los que
no es inmune, siempre y cuando aborde un proceso de reestructuración
que le permita acceder a la ayuda institucional, según el gobernador
del Banco de España, Miguel Ángel Fernández Ordóñez.
En la presentación del Informe Anual de la entidad
correspondiente a 2008, Fernández Ordóñez puntualiza que la ayuda
estatal "ha de condicionarse" a la reestructuración de un sector con
exceso de capacidad, de modo que se reduzca el coste para los
contribuyentes y aumente la eficiencia.
El gobernador recordó que esta línea de trabajo está de acuerdo
con los principios comunes "acordados en los principales foros
internacionales" y cuenta además con un amplio consenso de los
grupos políticos.
Fernández Ordóñez afirmó que, si bien las entidades españolas no
se vieron demasiado afectadas por la "primera oleada" de la crisis
financiera, a partir del pasado otoño la "crisis real global"
terminó por afectarlas.
Además, Fernández Ordóñez apuntó al aumento de la morosidad como
uno de los "riesgos" a corto plazo que las entidades deben combatir
y "gestionar adecuadamente".
A medio plazo, la competencia entre entidades presionará los
márgenes operativos a la baja, lo que no podrá ser compensado con
tanta facilidad como antes mediante mayores volúmenes de actividad.
El gobernador puntualizó que no todas las entidades financieras
españolas están en la misma situación para soportar las tensiones de
crédito, por lo que recomendó la reestructuración de un sector con
"exceso de capacidad".
El sistema bancario, prosigue, es un activo de la economía
española que debe ser preservado, pues es uno de los puntales de la
futura "senda sostenible de crecimiento".
Fernández Ordóñez insistió en la necesidad de reforzar la
cooperación internacional para diseñar el nuevo marco de los
mercados e intermediarios financieros, tanto bancarios como no
bancarios, un proceso que será "largo", pero en el que España debe
tener un papel destacado.
De momento, el Comité de Supervisión Bancaria de Basilea está
trabajando sobre las recomendaciones del Consejo de Estabilidad
Financiera, en el que por primera vez participa España, y sobre el
plan de acción diseñado tras la cumbre del G-20 celebrada en
noviembre de 2008.
Además, el informe Larosière contiene ya 31 recomendaciones sobre
cómo evitar que se repita una crisis como la actual y, en su caso,
que su coste sea mínimo. EFE