Berlín, 7 jul (EFE).- El Gobierno alemán aprobó hoy sus
Presupuestos Generales de 2011, enmarcados en un plan financiero
cuatrienal concentrado en el recorte del endeudamiento y el gasto
público como fórmula de lo que califica "una reducción del déficit
aliada del crecimiento económico".
"Hay que echar el freno al endeudamiento, con sentido de
responsabilidad hacia las generaciones futuras y de respeto al
crecimiento", defendió el ministro de Finanzas, Wolfgang Schäuble,
al presentar el proyecto aprobado por el Gabinete, apuntalado en el
objetivo de lograr una reducción efectiva del déficit hasta 2014.
Tras el endeudamiento récord con que se cerrará este 2010,
estimado en 65.200 millones de euros -unos 15.000 millones menos de
los inicialmente previstos, destacó el ministro, respecto al
proyecto de Presupuestos elaborado y aprobado en 2009, en plena
crisis-, se pretende bajar a 24.000 millones para 2014.
El plan cuatrienal de Schäuble prevé que la reducción gradual se
haga ya sensible en 2011, en que el endeudamiento se situará en los
57.500 millones de euros.
Luego se seguirá bajando, en "progresión proporcionada y
responsable", en palabras del ministro, para situarse en los 40.100
millones en 2012, 31.600 millones en 2013 y, finalmente, 24.100
millones, en 2014.
Con ello se habrá asegurado, según Schäuble, un línea "sólida y
sostenida" orientada al saneamiento presupuestario, a defender en el
periodo siguiente -otros dos años- hasta conseguir que el nuevo
endeudamiento se sitúe en 2016 en el 0,35 por ciento del PIB. Es
decir, bajo la línea de los 10.000 millones de euros.
El proyecto defendido por Schäuble prevé asimismo una reducción
paralela del gasto, desde los 319.000 millones con que se cerrará
este 2010 a los 307.000 millones estimados para 2011, para seguir
bajando paulatinamente hasta los 301.000 millones, en 2014.
El plan de austeridad prevé recortes de gastos en prácticamente
todos los departamentos y especialmente para el de Trabajo y Asuntos
Sociales, cuya partida para 2011 prevé 131.000 millones de euros,
frente a los 143.190 millones de 2010, lo que supone un 7,9 por
ciento menos.
Con el plan cuatrienal se pretende limitar el récord de
endeudamiento del año anterior, que el Parlamento aprobó y defendió
en ese momento como necesario para hacer frente a la crisis e
impulsar el crecimiento.
"Fue un plan presupuestario elaborado por el gobierno anterior,
del que también yo formaba parte y asumí, aunque en otro
departamento", recordó Schäuble, en alusión a su función de titular
de Interior en la entonces gran coalición de Gobierno con los
socialdemócratas.
La situación ha cambiado y también la constelación del Ejecutivo
de la segunda legislatura de Merkel, ahora con el Partido Liberal
(FDP) como aliado.
La nueva rigurosidad presupuestaria, frente al récord de
endeudamiento anterior, responde, recordó Schäuble, a la necesidad
de cumplir con las nuevas reglas de la Constitución alemana,
aprobadas en plena crisis, y que prevén un techo legal para el
déficit de un 0,35 por ciento del PIB.
Los efectos de la contención empezaron a reflejarse este 2010,
con la reducción del endeudamiento récord de los 80.000 millones
inicialmente previstos a los 65.200 millones con que se calcula
ahora se cerrará el año.
Ello ha sido posible, explicó el ministro, por la confluencia
entre una recaudación fiscal finalmente mayor de lo calculado y el
hecho de que los efectos de la crisis fueron menores de lo temido y
la economía alemana entró ya en el rumbo de la recuperación.
El proyecto presupuestario se ensambla, recordó Schäuble, en el
paquete de ajuste presentado el pasado junio por Merkel, que
pretende ahorrar 80.000 millones de euros hasta 2014.
El plan, centrado en recortes sociales, prevé asimismo medidas
que repercuten en los bancos -con un impuesto a las transacciones
financieras-, y en los consorcios energéticos, con la implantación
de un impuesto por la prolongación de la vida de las centrales
nucleares, así como un impuesto ecológico al transporte aéreo.
Según lo previsto, los Presupuestos Generales de 2011 serán
presentados para su aprobación ante el Parlamento alemán en
noviembre próximo. EFE