Nueva York, 23 sep (EFE).- La cadena estadounidense de videoclubs
Blockbuster se declaró hoy en bancarrota con la esperanza de reducir
la carga de su deuda que arrastra y cambiar de modelo de negocio
para sobrevivir a la creciente competencia de vías alternativas para
acceder a contenidos audiovisuales.
Según el documento presentado antes el Tribunal de Bancarrotas
para acogerse al capítulo 11 de la ley que regula estos procesos, la
compañía acumula una deuda de 1.460 millones de dólares, mientras
que sus activos únicamente alcanzan los 1.020 millones de dólares.
"Tras un cuidadoso y exhaustivo análisis, se determinó que el
proceso anunciado hoy es el camino óptimo para recapitalizar nuestro
balance de cara al futuro, a medida que seguimos trabajando para
transformar nuestro modelo de negocio y satisfacer las preferencias
cambiantes de nuestros clientes", dijo el director ejecutivo de
Blockbuster, Jim Keyes, en un comunicado.
Blockbuster ha llegado a un acuerdo con sus principales tenedores
de bonos para reducir su deuda en cerca de un 90 por ciento, hasta
unos 100 millones de dólares, a través del intercambio de esos bonos
por capital de la compañía una vez que haya sido reestructurada.
Los planes de la empresa son reducir drásticamente el número de
locales físicos que tiene para alquilar películas y otro tipo de
material audiovisual.
Además, buscará estrategias alternativas para competir con los
quioscos de Redbox, el negocio por correo postal de Netflix o
incluso la compra de contenidos a través de tiendas virtuales como
iTunes o las suscripciones a cadenas de televisión a la carta.
En cualquier caso, y mientras se cierra el proceso de bancarrota,
la compañía continuará con su actividad habitual, para lo que
contará con un préstamo de 125 millones de dólares concedido por sus
principales tenedores de bonos.
Después de muchos meses de rumores, el gigante del alquiler de
películas se acoge así al amparo del capítulo 11 de la ley que
regula la bancarrota empresarial en el país.
En los últimos años Blockbuster ha tenido que cerrar centenares
de locales de su cadena en varios países debido a una fuerte caída
de ingresos por la piratería, así como el cambio en los hábitos de
consumo, que han propiciado pasar del alquiler del DVD físico a la
distribución en internet.
La crisis económica endureció las condiciones de los créditos y
dificultó el acceso de la compañía a nuevos préstamos para hacer
frente sus problemas de liquidez.
La situación llevó las acciones de Blockbuster a depreciarse
hasta el punto de que el pasado mes de julio dejaron de cotizar en
el mercado de valores de Nueva York. EFE