Para el presidente mexicano, Felipe Calderón, el modelo a seguir para Pemex es Petrobras (BVSP:PETR3;NYSE:PBR), con quien pretende la petrolera mexicana se asocie. ¿Qué es lo que está sugiriendo Calderón con el modelo “Petrobras”? Las expectativas por los potenciales beneficios de esta alianza se entrecruzan con las dificultades existentes para su concreción y con los temores de una potencial privatización de los recursos petrolíferos mexicanos.
Los recursos petroleros representan una fuente básica de ingresos del gobierno mexicano. El deterioro gradual y continuo que ha tenido Pemex en los últimos años generó una fuerte caída en los recursos petrolíferos (y por ende, fiscales), lo que derivó en un fuerte debate en torno a las alternativas de la petrolera estatal para reestructurarse y volver a recuperar capacidad de producción.
Una de las últimas ideas del presidente mexicano, Felipe Calderón, se vincula a Brasil. Petrobras es un caso de éxito en materia de desarrollo de recursos energéticos para Brasil y es por ello que es digno de ser imitado.
La posibilidad de una alianza con Petrobras en donde la petrolera brasileña podría ingresar a colaborar con Pemex en la producción de petróleo en México es una buena alternativa para evitar abrir la petrolera nacional a capitales privados. El acuerdo abarca temas como la refinación, petroquímica, exploración y producción de hidrocarburos, pero además se extendería a temas de eficiencia energética y biocombustibles. ¿Será sólo una alianza lo que pretende Calderón o su objetivo es mostrar las bondades del modelo “Petrobras”, cuyo 60% del capital está en manos privadas, para convencer a la población?
“No puedo dejar de mencionar que Petrobras, para lograr ser una de las empresas más grandes del mundo (…) registró un cambio estructural importante”, decía Calderón. Los resultados comparativos entre Pemex y Petrobras son notorios. En la última década, la petrolera brasileña pasó de una producción diaria de 800.000 barriles de petróleo diario a la actual que ronda los 2 millones de barriles diarios, mientras que Pemex pasó en el mismo período de producir 2,6 millones de barriles diarios de petróleo a los casi 2 millones de la actualidad.
Vale recordar que Petrobras y Pemex firmaron un acuerdo en 2005, por lo que la propuesta de asociación busca ampliar los alcances del mismo.
Dejando por un momento de lado los intereses privatizadores, la alternativa de asociación surge interesante ya que a través de este convenio, Pemex no perdería la autonomía sobre el hidrocarburo y además se generaría un avance en la explotación de los yacimientos petroleros en aguas profundas.
Lula pretende además que las petroleras actúen conjuntamente en terceros países, ya que está convencido de que la acción conjunta de ambas las potenciaría por encima de la mera acción individual de las mismas. Para Petrobras, la asociación con Pemex es una buena oportunidad para potenciar sus planes de expansión.
La intención de Lula no se limita a la asociación en materia de petróleo sino también en materia de energías renovables y es por eso que es un gran promotor de los biocombustibles: “No me canso de decir que la experiencia brasileña demuestra que los biocombustibles desempeñarán un papel cada vez mayor en la matriz energética mundial”.
La potencial asociación es vista con buenos ojos desde varios sectores políticos. Según reconoce a “El Financiero”, el diputado federal del PAN, Alonso Lizaola de la Torre considera que: “Pemex no pierde la rectoría sobre el hidrocarburo con la alianza con Petrobras, ya que únicamente se busca contar con un socio que cubra las necesidades tecnológicas e invierta en el proyecto para buscar petróleo en aguas profundas, aprovechando su experiencia”. De no concretarse una alianza entre Pemex y Petrobras, para Lizaola de la Torre, la paraestatal tardaría 20 años en desarrollar tecnología propia.
La diferencia tecnológica entre ambas petroleras está en evidencia en un comentario de Calderón, quien destacó que mientras Petrobras alcanzó a perforar en el lado estadounidense del Golfo de México, 10.000 pies, Pemex apenas llegó a unos 3.000 en la región mexicana.
Según afirma Alma Muñoz en La Jornada, tanto desde el Partido Revolucionario Institucional (PRI) como desde el Partido de la Revolución Democrática (PRD) en el Senado se expresaron en favor de una alianza estratégica. El Partido Acción Nacional (PAN), en tanto, expresó su deseo de que se concrete.
Sobre dicha potencial asociación existen reparos ya que la Constitución mexicana impide los contratos de riesgo. También existen obstáculos por parte de Petrobras que no acepta alianzas con otras organizaciones privadas o públicas si no es a través de contratos de riesgo. Sobre esta cuestión deberán trabajar los gobiernos para concretar este acuerdo que beneficiará a ambas compañías.
El acuerdo resulta clave para Pemex. La recuperación de las capacidades de Pemex resulta vital para la economía mexicana que según se conoció el pasado lunes, observa un incremento en la tasa de desocupación que alcanzó al 6,4% de la Población Económicamente Activa (PEA), en el segundo trimestre del año (afectando a 2,4 millones de trabajadores).
Sin embargo, no debe olvidar el gobierno mexicano que el país necesita de reformas profundas para mejorar su productividad y limitar su alta dependencia (lógica por cierto), de la economía estadounidense.
La posible asociación entre Pemex y Petrobras no es lo único que acerca a México con Brasil. “Mi interés es que concretemos pronto (…) una alianza entre Petrobras y Pemex, pero sobre todo una alianza entre Brasil y México, para ampliar las capacidades productivas de ambos países para beneficio de nuestros pueblos y de la región” decía Lula.
Tanto Lula como Calderón están muy interesados en estrechar vinculaciones entre ambos países. “No puede ser que economías como la brasileña y la mexicana, las más grandes de Latinoamérica, sólo intercambien US$ 7.000 millones”, decía Lula. Calderón por su parte, justificaba en la estrecha relación de México con EEUU al impacto tan duro de la crisis sobre la economía de su país. ¿Habrá encontrado México en Brasil al socio que necesita para reencausar su economía hacia el crecimiento y desarrollo económico?
Horacio Pozzo
Los recursos petroleros representan una fuente básica de ingresos del gobierno mexicano. El deterioro gradual y continuo que ha tenido Pemex en los últimos años generó una fuerte caída en los recursos petrolíferos (y por ende, fiscales), lo que derivó en un fuerte debate en torno a las alternativas de la petrolera estatal para reestructurarse y volver a recuperar capacidad de producción.
Una de las últimas ideas del presidente mexicano, Felipe Calderón, se vincula a Brasil. Petrobras es un caso de éxito en materia de desarrollo de recursos energéticos para Brasil y es por ello que es digno de ser imitado.
La posibilidad de una alianza con Petrobras en donde la petrolera brasileña podría ingresar a colaborar con Pemex en la producción de petróleo en México es una buena alternativa para evitar abrir la petrolera nacional a capitales privados. El acuerdo abarca temas como la refinación, petroquímica, exploración y producción de hidrocarburos, pero además se extendería a temas de eficiencia energética y biocombustibles. ¿Será sólo una alianza lo que pretende Calderón o su objetivo es mostrar las bondades del modelo “Petrobras”, cuyo 60% del capital está en manos privadas, para convencer a la población?
“No puedo dejar de mencionar que Petrobras, para lograr ser una de las empresas más grandes del mundo (…) registró un cambio estructural importante”, decía Calderón. Los resultados comparativos entre Pemex y Petrobras son notorios. En la última década, la petrolera brasileña pasó de una producción diaria de 800.000 barriles de petróleo diario a la actual que ronda los 2 millones de barriles diarios, mientras que Pemex pasó en el mismo período de producir 2,6 millones de barriles diarios de petróleo a los casi 2 millones de la actualidad.
Vale recordar que Petrobras y Pemex firmaron un acuerdo en 2005, por lo que la propuesta de asociación busca ampliar los alcances del mismo.
Dejando por un momento de lado los intereses privatizadores, la alternativa de asociación surge interesante ya que a través de este convenio, Pemex no perdería la autonomía sobre el hidrocarburo y además se generaría un avance en la explotación de los yacimientos petroleros en aguas profundas.
Lula pretende además que las petroleras actúen conjuntamente en terceros países, ya que está convencido de que la acción conjunta de ambas las potenciaría por encima de la mera acción individual de las mismas. Para Petrobras, la asociación con Pemex es una buena oportunidad para potenciar sus planes de expansión.
La intención de Lula no se limita a la asociación en materia de petróleo sino también en materia de energías renovables y es por eso que es un gran promotor de los biocombustibles: “No me canso de decir que la experiencia brasileña demuestra que los biocombustibles desempeñarán un papel cada vez mayor en la matriz energética mundial”.
La potencial asociación es vista con buenos ojos desde varios sectores políticos. Según reconoce a “El Financiero”, el diputado federal del PAN, Alonso Lizaola de la Torre considera que: “Pemex no pierde la rectoría sobre el hidrocarburo con la alianza con Petrobras, ya que únicamente se busca contar con un socio que cubra las necesidades tecnológicas e invierta en el proyecto para buscar petróleo en aguas profundas, aprovechando su experiencia”. De no concretarse una alianza entre Pemex y Petrobras, para Lizaola de la Torre, la paraestatal tardaría 20 años en desarrollar tecnología propia.
La diferencia tecnológica entre ambas petroleras está en evidencia en un comentario de Calderón, quien destacó que mientras Petrobras alcanzó a perforar en el lado estadounidense del Golfo de México, 10.000 pies, Pemex apenas llegó a unos 3.000 en la región mexicana.
Según afirma Alma Muñoz en La Jornada, tanto desde el Partido Revolucionario Institucional (PRI) como desde el Partido de la Revolución Democrática (PRD) en el Senado se expresaron en favor de una alianza estratégica. El Partido Acción Nacional (PAN), en tanto, expresó su deseo de que se concrete.
Sobre dicha potencial asociación existen reparos ya que la Constitución mexicana impide los contratos de riesgo. También existen obstáculos por parte de Petrobras que no acepta alianzas con otras organizaciones privadas o públicas si no es a través de contratos de riesgo. Sobre esta cuestión deberán trabajar los gobiernos para concretar este acuerdo que beneficiará a ambas compañías.
El acuerdo resulta clave para Pemex. La recuperación de las capacidades de Pemex resulta vital para la economía mexicana que según se conoció el pasado lunes, observa un incremento en la tasa de desocupación que alcanzó al 6,4% de la Población Económicamente Activa (PEA), en el segundo trimestre del año (afectando a 2,4 millones de trabajadores).
Sin embargo, no debe olvidar el gobierno mexicano que el país necesita de reformas profundas para mejorar su productividad y limitar su alta dependencia (lógica por cierto), de la economía estadounidense.
La posible asociación entre Pemex y Petrobras no es lo único que acerca a México con Brasil. “Mi interés es que concretemos pronto (…) una alianza entre Petrobras y Pemex, pero sobre todo una alianza entre Brasil y México, para ampliar las capacidades productivas de ambos países para beneficio de nuestros pueblos y de la región” decía Lula.
Tanto Lula como Calderón están muy interesados en estrechar vinculaciones entre ambos países. “No puede ser que economías como la brasileña y la mexicana, las más grandes de Latinoamérica, sólo intercambien US$ 7.000 millones”, decía Lula. Calderón por su parte, justificaba en la estrecha relación de México con EEUU al impacto tan duro de la crisis sobre la economía de su país. ¿Habrá encontrado México en Brasil al socio que necesita para reencausar su economía hacia el crecimiento y desarrollo económico?
Horacio Pozzo