París, 7 ene (EFE).- El presidente francés, Nicolas Sarkozy,
denunció hoy que "el desorden monetario se ha vuelto inaceptable"
por los efectos que está teniendo para la competitividad de las
empresas europeas, y abogó por un mecanismo "multimonetario".
"El mundo se ha vuelto multipolar, el sistema monetario debe
pasar a ser multi-monetario", subrayó Sarkozy en un coloquio sobre
el futuro del capitalismo organizado en París.
Insistió en que "no se puede aceptar" la actual situación en que
la divisa estadounidense ha perdido un 50% de su valor respecto al
euro, lo que afecta a las compañías de los países de la moneda única
a la hora de exportar a la zona dólar.
"No nos callaremos con algunos Estados que no respeten las normas
fijadas por el G20", en particular las normas contables, señaló el
presidente francés, que no dio nombres, pero añadió que luchará
"para que los compromisos se cumplan".
Se mostró convencido de que la Unión Europea va a dotarse de "un
impuesto al carbono en (sus) fronteras" para gravar en los productos
importados el CO2 (dióxido de carbono) que generen en su producción
y su transporte, a imagen del impuesto que prepara para Francia.
A ese respecto, advirtió de que no aceptará que se impongan
reglas y restricciones a las empresas europeas mientras se importan
del exterior productos "que no respetan ninguna norma
medioambiental".
Sarkozy estimó que la cumbre de diciembre pasado sobre el cambio
climático en Copenhague "es una revolución incompleta, pero es el
inicio de una revolución", ya que a diferencia del Protocolo de
Kioto de 1997, que sólo habían firmado 35 países, compromete en este
caso a 192 Estados, y en especial China y Estados Unidos, que son
los que más CO2 emiten en todo el mundo.
El presidente francés afirmó que "la crisis es estructural, no
coyuntural", y consecuencia "de una economía no suficientemente
regulada".
Por eso, argumentó que "no queremos que las cosas vuelvan a ser
como antes" y "no se pueden aceptar", por ejemplo "los paracaídas
dorados" para los directivos de empresas, "las primas exorbitantes"
para los operadores de bolsa, ni tampoco "la especulación":
"queremos un capitalismo de producción, no de especulación". EFE