Pekín, 7 abr (EFE).- Las economías de Asia Oriental y el Pacífico
crecerán en 2010 un 8,7%, casi un punto porcentual por encima de su
pronóstico en noviembre de 2009, según un informe publicado hoy por
el Banco Mundial (BM), en el que advierte de que la región debe
poner en marcha reformas a medio plazo para promover el crecimiento.
El BM, que cita la fuerte influencia de China, basa su estimación
en la recuperación de la demanda exterior, un estímulo fiscal y
monetario sostenido en Asia-Pacífico y una mejora rápida del gasto
de consumo.
"En gran parte gracias a China, la producción regional, las
exportaciones y el empleo han regresado a los niveles de antes de la
crisis", sentencia el informe.
Según el BM, la región ha emergido de la crisis con un déficit
manejable y una deuda pública y externa relativamente bajas, y las
medidas de protección social han amparado a los pobres de las peores
consecuencias de la desaceleración.
El documento se presentó hoy simultáneamente en Pekín, Tokio y
otros países asiáticos mediante una videoconferencia en las
respectivas oficinas del BM en la región.
Asia-Pacífico, que lidera la recuperación de la crisis económica
y financiera mundial, puede crecer rápidamente en la próxima década,
incluso con una economía global debilitada, pero sólo si se ponen en
marcha "con vigor" reformas a medio plazo.
Vikram Nehru, jefe economista de Asia Oriental y Pacífico para el
BM, indicó que la región "deberá a corto plazo administrar
cuidadosamente la retirada de las medidas de estímulo fiscal,
mientras que regresan a sus programas de reforma estructural para
promover el crecimiento a largo plazo".
"El espacio fiscal es limitado y el estímulo por sí solo no puede
sostener la demanda interna durante un período prolongado de
tiempo". Sin embargo, "en este momento puede ser prematuro retirar
el estímulo fiscal en muchos países", refirió.
En China, tercera economía mundial y para la que el BM predice un
crecimiento del 9,5 por ciento en 2010, un punto y medio más que el
8 por ciento fijado por el Gobierno, la reforma estructural
significa alcanzar un reequilibrio de la economía, explica el
documento.
Para ello, añade, China debe dar un papel más importante al
sector servicios y al consumo privado, apartándose del crecimiento
liderado de las exportaciones y basado en inversión intensiva.
La prioridad de países con ingresos medios -Vietnam, Filipinas,
Indonesia, Malasia, Tailandia- es la inversión en capital físico y
humano para fomentar la cadena de producción y exportaciones, dice.
Países con ingresos bajos como Camboya y Laos necesitan centrarse
en la manufactura para formar parte de la red de producción global y
regional, añade.
Por otro lado, el BM sugiere que la región debe impulsar la
integración económica regional, así como un cambio masivo en las
tecnologías verdes y de eficiencia energética.
"Una integración más profunda impulsará el comercio dentro de las
redes globales y regionales, fomentará las economías agregadas,
reducirá los costes y aumentará la competitividad internacional",
señaló Ivailo Izvorski, principal autor del informe.
Izvorski dijo que "el mercado regional de bienes y servicios es
cada vez más importante para las oportunidades de expansión" y
"solucionar el desafío combinado del problema del cambio climático y
la seguridad del suministro energético traerán también consigo una
mejora de la calidad de vida en las ciudades".
"Esto no sólo mejorará la habitabilidad y la sostenibilidad de
las ciudades asiáticas en constante crecimiento, también dará a la
zona una ventaja competitiva en una industria preparada para un
rápido crecimiento global", añadió.
Porque la región, subrayó Izvorski, tiene un gran alcance para
avanzar hacia la frontera de las tecnologías verdes". EFE