Manuel Pérez Bella
Río de Janeiro, 20 abr (EFE).- El Gobierno de Brasil puso hoy
cimientos a su crecimiento con la concesión de las obras de Belo
Monte, la futura tercera mayor hidroeléctrica del mundo, que según
las autoridades, será clave para la seguridad energética del país y
el desarrollo de la región amazónica.
Con un costo cercano a 10.600 millones de dólares, según cálculos
del Gobierno, Belo Monte tendrá una capacidad de generación media de
4.571 megavatios hora y alcanzará un tope de 11.233 megavatios en
las épocas de máxima crecida del río Xingú.
Esta obra colosal será "básica", según el Gobierno, para atender
el crecimiento sostenido cercano al 5% que experimentará la economía
brasileña en los próximos años.
Según estudios oficiales, el consumo energético podría crecer más
rápido aún, a una tasa del 7,4% este año y cercana al 5,2% anual
hasta 2018.
En 2009, el consumo energético alcanzó 388.204 gigavatios hora y
podría saltar hasta los 681.700 gigavatios hora en 2018, según la
Empresa de Estudio Energético (EPE, en portugués).
En este contexto, Belo Monte será clave para sostener el
crecimiento de Brasil y, sobre todo, de la Amazonía, una de las
regiones más atrasadas del país y aún con lagunas en la generación
energética.
La represa, ubicada en el municipio amazónico de Altamira (estado
de Pará) abastecerá directamente a cerca de 26 millones de personas
cuando entre en operación en 2015.
La licitación de las obras se hizo hoy en Brasilia en medio de
una batalla en los tribunales entre el Gobierno y los opositores a
la hidroeléctrica por su impacto ambiental y en la vida de los
habitantes de esa parte de la Amazonía, un frente que agrupa a
indios, campesinos, movimientos sociales y hasta artistas de
Hollywood, como James Cameron, director del filme "Avatar".
Dos fallos judiciales contra la obra tuvieron en vilo la subasta
hasta última hora y, una vez concluida, un tercero volvió a ordenar
la suspensión del proceso, por lo cual el Gobierno se ha abstenido
de divulgar el nombre del consorcio ganador hasta que sus abogados
no levanten todos los impedimentos jurídicos, lo que podría ocurrir
hoy mismo.
Los únicos participantes en la licitación fueron dos consorcios
formados por empresas brasileñas, varias de ellas estatales y con el
apoyo financiero del Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social
(BNDES).
El contrato de suministro de energía, con una vigencia de 30 años
se definió con base en el precio por megavatio/hora ofrecido por los
interesados.
El precio máximo por megavatio hora fijado por la Agencia
Nacional de Energía Eléctrica (Aneel) era de 83 reales (unos 47,5
dólares), pero el Gobierno tampoco ha divulgado la tarifa propuesta
por la oferta ganadora.
Belo Monte será financiada al 80% por el BNDES, principal
institución de fomento del Gobierno brasileño, con tasas de interés
muy inferiores a las del mercado local de crédito y con un plazo de
amortización de treinta años.
Gracias a esta represa y a otros proyectos menores, el inventario
de energía hidroeléctrica de Brasil pasará de los actuales 80.000
megavatios a cerca de 110.000 megavatios en 2017, según el plan
decenal del sector eléctrico.
Al final de este período, el 71% de la electricidad del país será
generado en hidroeléctricas y otro 5% procederá de las llamadas
"pequeñas centrales hidroeléctricas" (PCH), que tienen menor
potencia y no cuentan con un reservorio de agua.
En 1999, el 90% de la energía eléctrica producida en el país era
generada por la fuerza del agua, aunque los últimos Gobiernos han
trabajado para diversificar la matriz energética y reducir la
dependencia del agua por su poca regularidad.
En este sentido, el papel de Belo Monte puede ser relevante,
puesto que el régimen de lluvias de la Amazonía y del sur del país
son complementarios, según estudios oficiales.
De este modo, en el momento en el que la hidroeléctrica de Itaipú
(compartida con Paraguay) se encuentre en estiaje, Belo Monte
funcionaría a plena capacidad, lo que evitaría conectar parte de las
centrales térmicas, a las que el Gobierno recurre en momentos de
emergencia.
En cualquier caso, la térmica será la fuente de energía que
crecerá más en esta década, con un salto del 87% hasta 2017, año en
el que producirán cerca de 6.000 megavatios de media, según el plan
decenal.
La represa también servirá para abastecer a Carajás, la mayor
mina de hierro del mundo, operada por la minera Vale, que dista 500
kilómetros del lugar en el que se levantará el dique.
Belo Monte será la tercera del mundo detrás de Tres Gargantas
(China) e Itaipú (Brasil y Paraguay) y durante las obras, generará
18.000 empleos directos y 23.000 puestos de trabajo indirectos,
según el informe de impacto ambiental. EFE