Washington, 5 ago (EFE).- El ministro de Hacienda brasileño,
Guido Mantega, anunció hoy que Brasil presentará ante el G-20 una
propuesta para regular los mercados financieros mundiales, sobre
todo los de derivados.
Está previsto que los titulares de Economía y Finanzas del G-20
se den cita a principios de septiembre en Londres para preparar el
terreno para la reunión de jefes de Estado del grupo que se
celebrará el 24 y 25 de septiembre en Pittsburgh (Pensilvania).
Mantega adelantó hoy en rueda de prensa durante su visita de dos
días a Washington que la propuesta brasileña solicitará que "todas
las operaciones en el mercado de futuro sean registradas".
Además, Brasil pedirá el establecimiento de centros de
compensación y liquidación similares a los que ya existen en países
como Brasil y que obligan al inversor a depositar una garantía para
cubrir sus operaciones con derivados.
"Es como tener un seguro que da mayor solidez al mercado", indicó
el ministro brasileño, que hoy discutió esa y otras propuestas con
el secretario del Tesoro estadounidense, Timothy Geithner, con quien
habló sobre los preparativos de la cumbre del G-20 de Pittsburgh.
Mantega considera que otro punto importante en la próxima cita
del G-20 debería de ser la gobernabilidad del organismo, que acoge a
economías industrializadas y en desarrollo y que se ha convertido en
el principal foro de coordinación de la respuesta a la crisis
económica y financiera global.
"Para que se pueda consolidar como institución es necesario que
haya unas normas claras", dijo el funcionario brasileño, quien
defiende que los líderes del G-20 se reúnan al menos una vez por año
y que haya tres encuentros anuales de los titulares de Economía y
Hacienda.
En línea con lo que ocurrirá este año, Mantega aboga por que dos
de esas reuniones se celebren en vísperas del encuentro semestral
del Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial y la
tercera antes de la cita de los jefes de Estado del G-20.
Eso permitirá, en su opinión, que las propuestas "se maduren con
antelación" y evitar conflictos en la reunión de líderes.
El ministro brasileño considera también imprescindible "que se
defina con claridad quiénes son los participantes del G-20".
El grupo está integrado por la Unión Europea, el Grupo de los
Siete y Corea del Sur, Argentina, Australia, Brasil, China, India,
Indonesia, México, Arabia Saudí, Sudáfrica, Turquía y Rusia, pero
otros países como España han expresado su interés en formar parte
permanente del organismo.
Mantega evitó decir hoy si respaldaría la entrada de España y se
limitó a señalar que "Brasil apoya la discusión de criterios".
"Nada mejor que tener reglas claras para impedir malentendidos de
última hora", subrayó el ministro, quien dijo que Brasil y España
tienen "buenas relaciones".
Insistió, por lo demás, en la necesidad de reformar el FMI y el
Banco Mundial, un tema que abordó con Geithner y que en su opinión
debería ocupar también un lugar destacado en la agenda del G-20.
"Hay que llevar adelante la reforma de las instituciones de forma
que a comienzos del 2011 ya tengamos consolidada la reforma de voz y
voto" en el FMI y el Banco Mundial, apuntó.
La citada reforma busca que la estructura de las instituciones
refleje mejor el creciente protagonismo económico de los países en
desarrollo.
Tanto el FMI como el Banco Mundial se crearon al final de la II
Guerra Mundial y reflejan en gran medida el reparto de poder
existente entonces.
El ministro brasileño también defendió las medidas contracíclicas
adoptadas para hacer frente a la actual crisis global que han
agravado el ya abultado endeudamiento de países como EE.UU.
"Si la crisis se está dejando atrás es gracias a las políticas
contracíclicas", aseveró.
"Si no hubiera políticas contracíclicas, el costo sería todavía
mayor porque habría llevado a la desintegración de esas economías",
insistió Mantega, quien apuntó que el desempleo sería mayor y habría
habido más quiebras corporativas.
En el caso de Brasil, "si no hubiera esas políticas, tendríamos
alrededor de un menos dos o un menos 1,5 por ciento" de crecimiento,
señaló el funcionario, quien espera que su país crezca un uno por
ciento este año. EFE