Teresa Bouza
Washington, 7 ago (EFE).- Los empresarios de EE.UU. despidieron
en julio a menos trabajadores de lo previsto, lo que permitió que el
desempleo cayera por primera vez desde abril de 2008 en una señal de
que la renqueante economía estadounidense gana algo de fuerza.
Las compañías estadounidenses recortaron 247.000 puestos en
julio, menos que los 320.000 esperados por los analistas.
La tasa de desempleo, por su parte, quedó situada en el 9,4 por
ciento, ligeramente por debajo del 9,5 de junio.
Los datos divulgados hoy por el Departamento de Trabajo respaldan
la teoría de un número creciente de economistas que señalan que la
crisis está tocando fondo y pronostican que el país podría volver a
crecer durante el actual trimestre.
La Reserva Federal (Fed), a su vez, señaló recientemente que la
hay señales de estabilización en distintas regiones del país.
Aun así, la asesora económica de la Casa Blanca, Christina Romer,
alertó ayer de que aun cuando el Producto Interior Bruto (PIB)
comience a crecer todavía será necesario algún tiempo para que el
empleo repunte.
De hecho, tanto la Fed como la Casa Blanca creen que el desempleo
llegará este año al 10 por ciento y algunos vaticinan que trepará
hasta el 10,6 por ciento en 2010, próximo al máximo de 10,8
posterior a la II Guerra Mundial alcanzado en 1982.
De ahí que el Gobierno optara hoy por un mensaje de cautela.
"Las cifras de desempleo de hoy siguen mostrando los desafíos de
los problemas económicos que heredó esta Administración", afirmó la
secretaria de Trabajo, Hilda Solís, en un comunicado.
"Todavía no hay recuperación pero empezamos a crear la
estabilidad necesaria para llegar a ese punto y no estaremos
satisfechos hasta que no veamos un crecimiento laboral mensual
robusto", añadió Solís.
La actual recesión económica en EE.UU., que comenzó en diciembre
de 2007, es la más larga desde la II Guerra Mundial y ha destruido
6,7 millones de puestos de trabajo en el país.
Estados Unidos perdió una media de 436.000 empleos mensuales
durante el segundo trimestre, una mejoría frente a los alrededor de
700.000 del primer trimestre.
El mayor recorte laboral desde el comienzo de la recesión se
produjo en enero, cuando se evaporaron 741.000 trabajos, la mayor
pérdida mensual desde 1949.
Por lo demás, y pese a la ligera mejoría de julio, el desempleo
sigue en los niveles más altos de los últimos 26 años en EE.UU.
Y un sistema de medición alternativo, que incluye a los
despedidos que han dejado de buscar empleo y a los que trabajan solo
a media jornada sitúa el desempleo en el 16,3 por ciento en julio
frente al 16,5 por ciento de junio.
En total, 14,5 millones de estadounidenses estaban desempleados
en julio, una cifra que de seguir aumentando podría convertirse en
una bomba política para el Partido Demócrata en el poder durante las
elecciones legislativas del próximo año.
La historia demuestra que el desempleo pasa factura política.
Así, la última vez que subió por encima del 10 por ciento el
Partido Republicano del entonces presidente Ronald Reagan
(1981-1989) perdió 26 escaños en la Cámara de Representantes durante
las legislativas de 1982.
Obama ha pedido a sus compatriotas que no desfallezcan y ha
prometido que el multimillonario paquete de 787.000 millones de
dólares aprobado por su Administración para impulsar la recuperación
económica dará frutos.
Desde el Partido Republicano, mientras tanto, arremeten contra
esas promesas.
"Más de 2,8 millones de personas han perdido sus trabajos desde
que el presidente asumió el poder", dijo hoy el líder del Partido
Republicano Michael Steele.
"El presidente dijo que su paquete de estímulo impediría que el
desempleo aumentara por encima del 8 por ciento, pero no ha sido
así", señaló Steele.
Obama, mientras tanto, insiste en que la economía se reanima y
critica a los que en su opinión causaron el actual desaguisado de
querer culpar a otros de ello. EFE