Lisboa, 22 abr (EFE).- Las malas previsiones sobre la economía
portuguesa confirmadas en las últimas 24 horas por el Fondo
Monetario Internacional (FMI) y Bruselas penalizaron hoy la deuda
del país y su bolsa, que horas antes del cierre perdía el 2,85%.
La creciente desconfianza de los mercados internacionales ante
las perspectivas financieras de Portugal y el temor, injustificado
según su Gobierno, a que pueda seguir los pasos de Grecia
contribuyeron también a la caída, según los expertos.
Los intereses y seguros sobre la deuda lusa, en sus niveles más
altos desde finales de los años noventa, volvieron a subir hoy y han
colocado a Portugal entre los países más castigados del mundo,
superados en Europa solo por Grecia e Islandia.
Los medios económicos en Lisboa comentaron con preocupación esta
subida y destacaron que coloca a Portugal en un nivel de confianza a
la altura de Líbano o Vietnam y entre la decena de naciones con
mayor posibilidad de incumplimiento de sus compromisos.
Desde el Gobierno luso, que desde hace meses se queja de un acoso
de los mercados que considera injusto y especulativo, el ministro de
Finanzas, Fernando Teixeira dos Santos, resaltó la "ejemplar"
contabilidad financiera del Ejecutivo portugués.
El ministro consideró muy importante que los mercados valoren la
solvencia de la información sobre las cuentas públicas portuguesas
remitidas a Bruselas, en aparente alusión a la corrección al alza
del déficit de Grecia anunciada hoy por la Comisión Europea, que lo
situó en el 13,6% y no en el 12,7% que calculó Atenas.
Pero los mercados no dejaron de reaccionar con preocupación a la
publicación por Bruselas de los datos que ya había adelantado
Portugal sobre su déficit, situado al acabar el año pasado en el 9,4
por ciento.
Los intereses aplicados a la deuda lusa ya habían acusado además
el miércoles el informe del FMI que rebajó las perspectivas de
crecimiento de la economía lusa este año al 0,3 por ciento, frente
al 0,7 estimado por el Gobierno, y además pronosticó un desempleo
del 11%, mayor del 10% que espera Lisboa. EFE