Nueva York, 1 mar (EFE).- La pista de aterrizaje más transitada
del aeropuerto neoyorquino John F. Kennedy (JFK) fue cerrada hoy al
tráfico aéreo, para afrontar unas reformas que se prolongarán
durante meses y que provocarán mayores retrasos en el aeródromo de
más tráfico internacional del país.
Las obras de reconstrucción de la pista, una de las más largas de
EE.UU., absorberán una inversión de 376 millones de dólares y
durarán previsiblemente hasta el próximo junio, ya que habrá que
ensancharla y reforzar su pavimento.
Con 4,44 kilómetros de longitud, esa pista soporta cerca de la
mitad de las salidas en el JFK y, una vez que esté renovada,
ahorrará 500 millones de dólares en gastos de mantenimiento, según
la Autoridad Portuaria de Nueva York y Nueva Jersey, encargada de
operar un aeropuerto por el que pasan más de 47 millones de viajeros
al año.
"Este proyecto tiene un único objetivo: ofrecer a todos y cada
uno de nuestros 48 millones de viajeros al año un aeropuerto más
eficiente y agradable. Esta fuerte inversión también creará puestos
de trabajo -más de mil en el momento más alto- que serán muy bien
recibidos en este momento económico", aseguró el presidente de la
Autoridad Portuaria, Anthony R. Coscia.
En ese mismo sentido, el gobernador del estado de Nueva York,
David Paterson, dijo al anunciar el cierre que los objetivos de las
obras son reducir la congestión del tráfico aéreo en Nueva York y
recortar en unas 10.500 horas anuales los retrasos.
La renovación consistirá en ensanchar de 45 a 61 metros la pista,
así como en triturar y retirar una capa de unos 15 centímetros de
asfalto que la cubre (que pesa seis veces lo que el transatlántico
Titanic) y colocar otra de unos 45 centímetros de hormigón, según
detalló la Autoridad Portuaria.
Ello permitirá el aterrizaje en ese aeropuerto del avión
comercial de pasajeros más grande del mundo, el Airbus 380, y
facilitará las maniobras de los aparatos, lo que redundará en la
eficiencia.
Mientras esta pista permanece cerrada, las otras tres del JFK se
utilizarán al máximo de su capacidad y, aún así, habrá que reducir
en el número de aterrizajes y despegues diarios en este aeropuerto,
donde se pasará de cerca de 1.300 a unos 1.050, según detalló la
Autoridad Portuaria.
Así, JetBlue, la aerolínea nacional con mayor presencia en este
aeropuerto, ha decidido reducir en un 10% sus cerca de 170 vuelos
diarios en este aeródromo durante los próximos meses.
American Airlines y Delta, que también utilizan el JFK como "hub"
o aeropuerto de cabecera, no prevén recortes, pero la primera (que
junto a su filial regional American Eagle opera unos 90 vuelos
diarios en este aeropuerto) sí ha decidido retrasar hasta julio el
incremento de la oferta que tenía previsto acometer de cara al
verano.
El JFK es uno de los dos aeropuertos internacionales que se
encuentran en las proximidades de Nueva York y en 2008 registró 47,8
millones de pasajeros (un 0,2% más que en 2007), lo que lo convierte
en el decimotercer aeródromo más transitado del mundo, según datos
del Consejo Internacional de Aeropuertos.
En 2008 gestionó cerca de 440.000 vuelos y, según la
Administración Federal de Aviación, los retrasos provocados por las
obras serán de una media de 29 minutos, aunque en los momentos de
mayor tráfico rondarán los 50 minutos. EFE