Roma, 26 abr (EFE).- La crisis del sector de la pesca y las
nuevas reglas de acceso a este mercado están afectando a los países
en desarrollo, los mayores exportadores de pescado, según una nota
publicada hoy por la Organización de Naciones Unidas para la
Agricultura y la Alimentación (FAO), con sede en Roma.
Estos temas serán afrontados en la reunión que el Comité de Pesca
(COFI, siglas en inglés) de esta Organización celebrará desde hoy al
30 de abril en Buenos Aires, con la presencia de más de 80
delegaciones.
En una nota, la FAO explicó que el 50 por ciento de todas las
importaciones de pescado de los países ricos proviene de los países
en desarrollo.
Para los países en desarrollo el comercio pesquero significa unos
ingresos por ganancias netas de exportación que ascienden a 27.000
millones de dólares al año.
Un sector, añadió la FAO, que da trabajo a unos 45 millones de
personas en estos países que trabajan de forma directa, ya sea a
tiempo completo o parcial, en la pesca y la acuicultura, mientras
otros 6,5 millones colaboran en el sector de forma ocasional.
Considerando los empleos en las industrias de elaboración
-principalmente mano de obra femenina-, comercialización y servicios
e incluyendo a los familiares de todas las personas empleadas, se
estima que 500 millones de personas dependen del pescado para una
parte o la totalidad de sus ingresos, añadió el organismo de
Naciones Unidas.
La FAO advirtió en su nota que, debido a la crisis y a las nuevas
exigencias en materia de pesca, "llevar el pescado al mercado no
siempre resulta fácil" y "para los países en desarrollo está
resultando cada vez más difícil".
El organismo de la ONU explicó que a partir del 1 de enero de
2010, la Unión Europea -el mayor mercado de importación de pescado a
nivel mundial-, exige que todas las importaciones de peces naturales
vengan acompañadas de un certificado validado por las autoridades
pesqueras del país del barco que originalmente los capturó para
evitar la pesca ilegal.
Según la FAO, esta "la aplicación de esta norma está generando
nuevas trabas a los exportadores, a menudo difíciles de superar".
Otros importantes mercados, preocupados por la pesca ilícita, están
contemplando medidas similares.
"Para los pequeños productores, adquirir los conocimientos
técnicos, familiarizarse con las mejores prácticas, invertir en la
actualización de las instalaciones y el equipamiento y aprender el
trabajo administrativo y los procedimientos necesarios para
satisfacer estos requisitos supone un desafío, especialmente cuando
están intentando cumplir más de una norma", agregó la FAO.
Además, la FAO resaltó que la crisis económica mundial ha
provocado un descenso de las importaciones en casi todos los
mercados en 2009.
Como ejemplo, la FAO citó que el valor de las importaciones de
proveedores no europeos a los 27 países miembros de la UE alcanzó
los 24 600 millones de dólares en 2008 y los datos de 2009 muestran
una caída del 6 por ciento.
Ante estas problemáticas, la FAO destacó el papel clave del COFI
para que los países "encuentren formas de crear un entorno favorable
para que el sector se desarrolle, al tiempo que aborda exitosamente
los desafíos que este desarrollo le presenta", afirmó Ichiro Nomura,
Director General Adjunto de Pesca y Acuicultura de la FAO, en un
discurso al comienzo de la reunión.
En opinión de la FAO, en los países en desarrollo es esencial una
buena gestión de la pesca si quieren seguir beneficiándose de ella a
largo plazo. EFE