Lima, 20 ene (EFE).- El Gobierno peruano declaró en estado de
emergencia la zona por la que atraviesa la red vial central, que une
a Lima con el interior del país, a raíz del paro de los
transportistas de carga e interprovinciales contra el alza de
combustibles, que hoy cumple su segundo día.
El Gobierno pretende prevenir los actos de violencia y el
desabastecimiento de alimentos en la capital, al disponer también
mediante esta medida, publicada hoy en la gaceta oficial y que tiene
una vigencia de 30 días, el despliegue policial en la red vial
central para garantizar el libre tránsito en esa carretera que une a
los departamentos de Lima y Junín.
Durante ese período también quedan suspendidos los derechos
relativos a la libertad y seguridad personales, la inviolabilidad de
domicilio y la libertad de reunión y de tránsito en el territorio,
según el dispositivo.
Esta medida se suma a las que dio el Gobierno cuando declaró en
situación de emergencia la prestación del servicio del transporte
interprovincial y de carga y autorizó la intervención de las fuerzas
armadas en apoyo a la policía para evitar la toma de instalaciones o
bloqueos de carreteras.
En el segundo día de huelga no se han registrado actos de
violencia, aunque ayer se reportó el apedreamiento de autobuses,
según Radio Programas del Perú (RPP).
Para mitigar hoy los efectos del paro, que ha dejado varados a
miles de pasajeros o los obliga a comprar pasajes de mayor valor, se
dispuso la salida de un tren entre las ciudades de Lima y Huancayo
(centro), mientras que la aerolínea Lan Perú ofrece ofertas para
viajar desde la capital a Chiclayo (norte) y Arequipa (sur).
En Chiclayo, las empresas de autobuses se niegan a vender pasajes
hasta mañana, mientras que algunas instalaciones de las compañías de
transporte urbano en Lima permanecen cerradas, según RPP.
Un grupo de huelguistas bloqueó hoy un tramo de la carretera
Panamericana, unos 375 kilómetros al norte de Lima, aunque la vía
que une a Arequipa-Cuzco-Puno está despejada.
Unos 80.000 conductores de camiones y 5.500 de los ómnibus de
transporte interprovincial de pasajeros acataron ayer la huelga
indefinida, una medida de fuerza que se calcula dejó 75 millones de
dólares en pérdidas por la falta de transporte de carga, publicó hoy
el diario financiero Gestión.
Los transportistas exigen la devolución del cien por ciento del
Impuesto Selectivo al Consumo (ISC) que pagan por el petróleo Diesel
2, pero el Gobierno les propone la devolución del 20%, así como la
rebaja de los precios de los carburantes.
A principios de año, el Gobierno aumentó en diez por ciento el
precio de los combustibles, pero por presiones de diversos sectores
se vio obligado a rectificar el aumento y fijar el incremento en 5%.
Hoy, el ministro peruano de Comercio Exterior y Turismo, Martín
Pérez, señaló a CPN Radio que aún no hay cifras sobre cuánto está
afectando al turismo interno la paralización.EFE