París, 14 ene (EFE).- El presidente francés, Nicolas Sarkozy,
defendió hoy el mantenimiento de la "preferencia comunitaria" para
los productos agrícolas y la regulación del sector en la Unión
Europea, al tiempo que aseguró que no abandonará a los agricultores,
cuyos ingresos se han hundido en los dos últimos años.
"La preferencia comunitaria no es una palabrota", declaró Sarkozy
en un discurso dedicado al mundo rural, en el que justificó que la
UE establezca barreras de entrada a los productos agrícolas para que
los europeos no sean "la variable de ajuste" de sus propios
criterios medioambientales, sociales o de los desequilibrios
monetarios.
Argumentó que "no es aceptable que se impongan a nuestros
agricultores reglas sobre el bienestar animal, sobre la
trazabilidad, sobre la seguridad alimentaria, y que en Europa se
sigan importando productos criados o fabricados en países que no
aplican" ese tipo de reglas.
El jefe del Estado francés lamentó que su propio país, pero
también Alemania, Italia y España hayan puesto en marcha planes de
apoyo a sus respectivos agricultores sin coordinar sus esfuerzos,
por los peligros que entraña para la Política Agraria Común (PAC).
"Hay que evitar absolutamente todo lo que podría parecer una
re-nacionalización de la PAC", afirmó, antes de añadir que luchará
por evitar su desmantelamiento: "no aceptaré la desregulación
agrícola en el momento en que el mundo ha estado a punto de caer en
el precipicio a causa de la desregulación financiera".
Sarkozy dijo que defenderá la regulación, en las discusiones
sobre la reforma de la PAC que se inician este año y que su objetivo
es "la simplificación de la aplicación", así como "la creación de
herramientas de seguro" para gestionar los imprevistos climáticos o
sanitarios y las fluctuaciones de los mercados.
En clave más nacional, dijo que no abandonará la agricultura, que
definió como "un sector puntero de nuestra economía" y "un elemento
de nuestra identidad nacional".
En esa línea, aludió al plan de urgencia en apoyo del sector,
dotado con 1.650 millones de euros, anunciado en octubre pasado,
para calmar el descontento de las organizaciones profesionales por
el bajón de sus ingresos: el retroceso fue del 34% en 2009, después
del 20% sufrido el ejercicio precedente.
El jefe del Estado también abogó por "un mejor reparto" entre los
productores y la distribución del valor añadido generado por la
agricultura y la ganadería.
"No es normal que los precios aumenten en la distribución y que
las remuneraciones de los productores disminuyan", comentó antes de
añadir que quiere "saber a dónde va plusvalía y, una vez que se sepa
adónde pasa, quiero que esté mejor repartida entre los productores y
los distribuidores". EFE