(Actualiza con última información sobre fugas)
Washington, 19 jul (EFE).- El Gobierno de EE.UU. permitió hoy a
BP mantener sellado el pozo Macondo en el Golfo de México y afirmó
que las fugas detectadas cerca del manantial y en la campana de
contención que lo mantiene cerrado no representan una amenaza.
"Autorizo a BP a continuar la prueba de integridad durante otras
24 horas", afirmó en un comunicado el almirante de la Guardia
Costera Thad Allen, que dirige la respuesta del Gobierno al derrame
y que tiene la última palabra en las decisiones que se toman.
Allen y BP protagonizaron ayer un tenso intercambio que culminó
con una carta en la que el almirante exigía a la multinacional
petrolera extremar las precauciones y la vigilancia tras haberse
detectado una fuga a tres kilómetros de la cabeza del pozo.
El almirante descartó hoy que la fuga situada a tres kilómetros
de la cabeza del pozo Macondo tenga que ver con el manantial.
El almirante se refirió a otras dos fugas adicionales, una a unos
cuantos metros de la cabeza del pozo y la tercera en el propio
sistema de taponado, aunque dijo creer que ninguna de ellas
representa una "amenaza" ni es sintomática de problemas serios.
BP ha indicado que el escape podría tratarse de nitrógeno, algo
que asegura es "común".
Por lo demás, Allen insistió en que los ingenieros de BP y los
científicos del Gobierno analizan de cerca los niveles de presión en
el pozo, que son inferiores a lo previsto.
Allen mencionó que eso puede obedecer al relativo agotamiento del
petróleo en el pozo, que empezó a escupir crudo al Golfo de México
tras la explosión el 20 de abril de la plataforma operada por BP.
La segunda posibilidad es que exista una fuga bajo el suelo
marino debido a problemas en la estructura del pozo a raíz de la
explosión de la plataforma.
Cuando se cumplen 91 días del accidente en la plataforma de BP,
la principal preocupación de la Casa Blanca es que la estructura
subterránea del pozo esté dañada y que el crudo se filtre a través
de las rocas y acabe fluyendo en múltiples puntos del suelo marino.
A pesar de esos temores, Allen dijo hoy que la presión en el pozo
"sigue aumentando de forma gradual cada hora".
El almirante mencionó que de detectarse algún problema grave,
darían la orden inmediata de reabrir el obturador.
El petróleo fluiría en esa situación dentro de la campana
contenedora, con capacidad para albergar hasta 80.000 barriles de
crudo que se trasladarían a continuación a varios barcos en la
superficie.
Desde el 20 de abril y hasta el jueves de la semana pasada el
manantial ha expulsado entre 35.000 y 60.000 barriles de petróleo a
las aguas del Golfo y provocado la mayor catástrofe ecológica en la
historia del país.
Tras múltiples intentos fallidos y algunos semi-exitosos BP logró
el jueves sellar el pozo con una campana gigante instalada sobre la
cabeza del mismo que actúa en la actualidad como un tapón.
La opción de reabrir el pozo, a la que se recurriría de inmediato
si se detectan problemas en el mismo, exigiría dejar que el crudo
fluya a las aguas durante varios días para liberar la presión del
manantial.
Carol Browner, principal asesora en temas energéticos de la Casa
Blanca, reconoció hoy que esa opción no es la más deseable, pero
afirmó que la posibilidad de que se produzcan múltiples fugas sería
mucho peor.
"Claramente queremos que esto acabe pero no queremos adentrarnos
en una situación en la que tenemos fugas incontrolables por todo el
Golfo", dijo Browner a la cadena de televisión ABC.
BP sostiene que por el momento no está claro si la fuga detectada
ayer procede del pozo Macondo. Según la petrolera, ese tipo de fugas
son un fenómeno habitual en el Golfo.
Se espera que la construcción del pozo auxiliar desde el que se
inyectará cemento y lodo pesado en el que ahora tiene problemas para
sellarlo de forma definitiva acabe a finales de julio, aunque el
proceso para cerrarlo podría prolongarse hasta mediados de agosto.
Está previsto, por lo demás, que el derrame del Golfo centre gran
parte de la conversación que mañana tendrá el presidente de EE.UU.,
Barack Obama, con su homólogo británico, David Cameron. EFE
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