Londres, 11 oct (EFE).- El alcalde de Londres, del conservador
Boris Johnson, se ha convertido en el principal defensor de la City
londinense -uno de los principales centros financieros del mundo- y
no quiere que la Unión Europea (UE) interfiera en su funcionamiento.
En el centro de la batalla está la propuesta directiva europea
sobre gestores de fondos de inversión alternativos ("hedge funds") y
de valores de renta variable ("private equities"), destinada a
calmar la irritación de los ciudadanos tras la crisis bancaria.
Según informa hoy "The Sunday Telegraph", que se ha unido a los
esfuerzos de Johnson y ha puesto en marcha una campaña en contra de
la directiva, el alcalde dará a conocer esta semana, en una reunión
con empresarios, un informe en el que expondrá los perjuicios que la
medida puede suponer para la ciudad y para el Reino Unido.
Johnson, que durante el reciente Congreso anual del Partido
Conservador pidió que no se mirara a los banqueros como si fueran
"leprosos", argumenta que los "hegde funds" han generado mucha
riqueza en el Reino Unido y que no son los culpables de la crisis.
"Es vital que sigamos recordando a todo el mundo lo que estos
fondos han financiado, desde los empleos que crean hasta los
beneficios que generan para sostener nuestras pensiones, y que
reconozcamos que no fue esta gente la que nos arrastró a las
actuales dificultades económicas", dijo Johnson al "Telegraph".
La directiva, preparada por el ex primer ministro socialista
danés Poul Nyrup Rasmussen, obligaría a muchos fondos de alto riesgo
y a grupos que gestionan capitales privados a registrarse por
primera vez ante el organismo regulador de su país y dar una
detallada información sobre sus actividades.
Exigiría asimismo una valoración independiente, un incremento de
sus requerimientos mínimos de capital y limitaría el nivel de deuda
que esos fondos podrían utilizar en sus operaciones.
Sus críticos en la City argumentan que se trata de un intento de
de Francia y Alemania de socavar el predominio británico en el
sector de los servicios financieros al tiempo que se trata de hacer
aflorar los múltiples fondos que han buscado el amparo de los
paraísos fiscales.
La Asociación de Gestión Alternativa de Inversiones (AIMA) del
Reino Unido reveló esta semana que los activos gestionados por los
"hedge funds" que operan en la City ascienden a unas 150.000
millones de libras (162.500 millones de euros o 239.700 millones de
dólares).
La AIMA añadió que estos fondos y los valores de renta variable
generan al año en ingresos para el Estado británico de 5.300
millones de libras, una cantidad equivalente al sueldo anual de
200.000 auxiliares de enfermería o de 165.000 profesores.
El secretario del Servicio de Finanzas del Tesoro británico, Paul
Myners, también expresó su discrepancia con la directiva pendiente
de aprobación en Bruselas y consideró que la UE corre el peligro de
actuar unilateralmente, cuando lo que se necesita es acción global.
"Sería lamentable que (los legisladores europeos) se
desconectaran del proceso de reforma global. El proteccionismo no es
nunca la respuesta", argumentó Myners.
Por su parte, la directora ejecutiva de la Asociación de
Banqueros Británicos (BBA), Angela Knight, advirtió de que la
directiva será perjudicial para todos los países de la Unión.
En un artículo en el "Telegraph", Knight tacha la directiva de
"defectuosa" y señala que amenaza a productos financieros populares,
como las hipotecas a tipo fijo, que dependen de los fondos de
inversión alternativa para proteger a los prestamistas ante los
eventuales cambios de las tasas de interés. EFE