Londres, 10 nov (EFE).- El precio del barril de Brent bajó hoy un
0,34 por ciento en el mercado de futuros de Londres coincidiendo con
la previsión de la Agencia Internacional de la Energía (AIE) de que
la demanda de energía aumentará un 40 por ciento para 2030.
Tras el ascenso del lunes, tras el paso del huracán Ida por el
golfo de México y el debilitamiento del dólar, el barril de petróleo
del mar del Norte, de referencia en Europa, para entrega en
diciembre cerró hoy en el Intercontinental Exchange Futures (ICE) a
77,50 dólares, 0,27 menos que al término de la sesión anterior.
El precio máximo del Brent durante la jornada fue de 78,92
dólares, mientras que el mínimo se situó en 76,36 dólares.
La Agencia Internacional de la Energía alertó hoy de que la
demanda mundial de energía aumentará un 40 por ciento en 2030, por
lo que, dijo, la cumbre del clima de diciembre en Copenhague será un
"momento crucial" para diseñar un futuro sostenible.
El director de la AIE, Nobuo Tanaka, sostiene en el informe anual
del organismo, presentado hoy, que los líderes mundiales tienen en
esa cumbre una "oportunidad histórica de evitar los peores efectos
del cambio climático" y precisa que "la eficiencia energética es el
mayor contribuyente" a la reducción de la demanda que desea la AIE.
Según el documento, en 2030 el precio del barril de petróleo
llegará a 115 dólares, tras haber alcanzado 100 dólares en 2020.
Pese a la perspectiva de un aumento de la demanda, el Brent,
pendiente también de la evolución del dólar, bajó ligeramente su
cotización, tras haber alcanzado ayer 77,77 dólares por barril en
Londres.
El lunes, el petróleo, igual que otras materias primas, se
benefició del debilitamiento de la moneda estadounidense, tras el
acuerdo del pasado sábado en Escocia del G-20 (economías ricas y
emergentes) de mantener los estímulos a la economía hasta que se
haya afianzado la recuperación.
También influyó el temor de los inversores a que los efectos del
huracán Ida perjudicaran la producción de gas y petróleo y la
actividad de las refinerías estadounidenses en el Golfo de México.
EFE