Nueva York, 24 jul (EFE).- El precio del barril de petróleo de
Texas subió hoy un 1,32% y cerró a 68,05 dólares, en una jornada en
la que los operadores continuaron animados ante las perspectivas de
una pronta recuperación de la demanda de crudo en Estados Unidos.
Al cierre de la sesión en la Bolsa Mercantil de Nueva York
(Nymex), los contratos de Petróleo Intermedio de Texas (WTI) para
entrega en septiembre, los de vencimiento más próximo, añadieron 89
centavos y cerraron de nuevo en un nivel de precio en el que este
tipo de crudo no se situaba desde el pasado 1 de julio.
Los contratos para septiembre se han revalorizado 2,65 dólares
desde el pasado miércoles, cuando empezaron a tomarse como
referencia en el mercado neoyorquino.
Los contratos de gasolina para entrega en agosto se mantuvieron
en el mismo precio que el jueves y cerraron a 1,91 dólares por galón
(3,78 litros).
El gasóleo de calefacción para ese mismo mes sumó dos centavos al
precio de la jornada anterior y finalizó a 1,78 dólares/galón.
El mayor aumento lo consiguieron los contratos de gas natural,
que añadieron 14 centavos a su valor anterior y concluyeron a 3,69
dólares por mil pies cúbicos.
La tendencia alcista en el precio del crudo se mantiene a pesar
de que las reservas de petróleo bajaron en este país la pasada
semana algo menos de lo que se preveía y de que las existencias de
gasolina y de destilados aumentaran en línea con lo que preveían los
expertos.
El mercado petrolero se siguió beneficiando así este viernes,
como ha ocurrido en otras ocasiones anteriores, del ambiente de
optimismo que ha predominado durante buena parte de esta semana en
Wall Street, donde el índice Dow Jones de Industriales ha alcanzado
los niveles más altos de este año.
El auge del espíritu comprador en el parqué neoyorquino,
reforzado por la divulgación de resultados trimestrales mejores de
lo esperado por parte de varias grandes corporaciones
estadounidense, hace pensar a los operadores que la recuperación de
este país podría llegar antes de lo previsto.
La mejora económica conllevaría un aumento de la demanda del
crudo y de sus derivados en EE.UU., el mayor consumidor energético
del mundo, lo que favorece que esa materia prima y otros
combustibles se encarezcan. EFE