Eva Yraola
Madrid, 3 abr (EFE).- La crisis de las hipotecas "subprime" o de
alto riesgo, la caída de Lehman Brothers y la posterior recesión
mundial han llevado al índice más utilizado para el cálculo de
hipotecas, el euríbor, a protagonizar desde el verano de 2007 un
tiovivo de subidas y bajadas nunca visto.
Al estallar, en agosto de 2007, la crisis hipotecaria en Estados
Unidos, el euríbor ya sumaba su vigésimo tercera subida consecutiva
y se situaba en el 4,661%, su mayor nivel desde diciembre de 2000.
Según los analistas, la razón fundamental de la subida estaba en
la política monetaria que el Banco Central Europeo (BCE) mantenía
desde diciembre de 2005, con alzas de tipos intermitentes para
intentar controlar la inflación y la masa monetaria de la zona euro.
La firmeza mostrada por el BCE se demostró equivocada y fuentes
de la entidad reconocieron meses más tarde que, entre otras cosas,
valoraron de manera errónea la escalada alcista experimentada por el
precio del barril de petróleo Brent, que alcanzó en julio de ese año
su máximo histórico al superar los 147 dólares y su efecto en la
inflación en la zona del euro.
En el otoño de 2007 el indicador no dejó de subir y cerró el mes
de diciembre en el 4,796%, acercándose cada vez más a su máximo
histórico del 5,284% de agosto de 2000.
En la primera mitad de 2008 el BCE se resistió a recortar los
tipos de interés en la zona del euro y el euríbor continuó al alza,
hasta alcanzar en julio de ese año su máximo histórico de todos los
tiempos, 5,393%.
Desde que comenzara a cotizar, en enero de 1999, el Euribor sólo
había superado el 5% en seis ocasiones, cinco de ellas entre julio y
noviembre de 2000 y otra en junio de ese año.
La racha alcista tuvo un efecto contundente en las cuotas de las
hipotecas, que se encarecieron cerca de 1.000 euros anuales de
media, así como sobre las quejas recibidas por el departamento de
reclamaciones del Banco de España, que se dispararon el 10% en junio
de ese año.
Sin embargo, no fue hasta octubre de 2008 que el BCE,
coincidiendo con la caída de Lehman Brothers, se decidió a cambiar
el rumbo de su política monetaria y redujo las tasas en la zona del
euro.
El derrumbe de la entidad llevó a los gobiernos y bancos
centrales de todo el mundo a adoptar de forma conjunta e individual
una serie de medidas de apoyo al sistema financiero, que incluían
inyecciones de liquidez y bajadas coordinadas de tipos.
A partir de entonces el indicador comenzó una racha bajista en la
que llegó a encadenar 91 jornadas ininterrumpidas de caídas, mayor
aún que la vivida tras los atentados del 11-S.
En marzo de 2009 el indicador marcó su primer mínimo histórico
del año, en el 1,909%, y continuó a la baja en los meses
posteriores, con valores del 1,771% en abril, del 1,644% en mayo,
del 1,610% en junio, del 1,412% en julio, y del 1,334% en agosto.
La caída continuó en septiembre (1,261%), octubre (1,243%) y
noviembre (1,231%), y en diciembre repuntó ligeramente hasta el
1,242% gracias a incipientes signos de recuperación de la economía,
antesala de una esperada subida de los tipos de interés en la zona
del euro, actualmente en el 1%.
El euríbor a doce meses ya no la referencia a la que se prestan
dinero los bancos en el mercado interbancario, tal y como recordaba
el Banco de España en su último informe de estabilidad financiera,
debido a que las necesidades de liquidez de las entidades son más
inmediatas.
Sin embargo, se mantiene como el índice más utilizado para el
cálculo de hipotecas y sí refleja la confianza del mercado en la
marcha de la economía.
En los últimos tres meses, el euríbor ha seguido una racha
bajista, con los mercados conscientes de que, si bien lo peor de la
crisis ha pasado ya, la recuperación podría ser más lenta de lo
esperado, y concluyó el mes de marzo con un nuevo mínimo histórico
(1,215%), el duodécimo de los últimos trece meses. EFE