Washington, 7 jul (EFE).- El Fondo Monetario Internacional (FMI)
redujo hoy en un 30 por ciento su pronóstico de crecimiento para
España para el 2011 hasta el 0,6 por ciento, menos de la mitad de lo
que augura el Gobierno.
Pese a la inestabilidad de los mercados y la subida de las primas
de la deuda española, el organismo dejó sin cambios su cálculo para
este año, en el que a su juicio la economía española continuará en
recesión, al encogerse en cuatro décimas, una más que lo previsto
por el Gobierno.
La disparidad de pronósticos es mucho mayor en el 2011, cuando
las cifras oficiales hablan de un crecimiento del 1,3 por ciento,
después que el gobierno bajara en mayo su estimación, por el efecto
de su programa de reducción del déficit.
En abril el Fondo había previsto un crecimiento del 0,9 por
ciento en España en el 2011, pero hoy lo rebajó al 0,6 por ciento.
Sus nuevas cifras, contenidas en un informe divulgado en Hong
Kong, se parecen más a las de la Comisión Europea, que en mayo
pronosticó una contracción del 0,4 por ciento en España, este año, y
un crecimiento del 0,8 por ciento, en 2011.
El FMI cree que la crisis de la deuda en Europa ha tenido efectos
"modestos" por ahora en la actividad económica en el continente, por
lo que dejó prácticamente sin cambios sus pronósticos para este año
en la región.
En cambio, redujo sus cálculos para 2011 en todos los países
europeos grandes.
Tras revisar sus números, calculó que la zona euro crecerá un uno
por ciento, este año, y tan sólo tres décimas más el que viene, lo
que la coloca a la zaga del mundo desarrollado.
En su conjunto el planeta crecerá un 4,6 por ciento, este año,
cuatro décimas más que lo previsto por el FMI en abril, gracias
principalmente al empuje de Asia.
China avanzará más de un 10 e India quedará alrededor de un punto
porcentual por detrás, mientras que en América Latina el PIB de
Brasil superará el siete por ciento, este año.
Se trata, pues, de una recuperación a dos velocidades, en la que
los mercados emergentes tiran con fuerza, mientras que los países
europeos se quedan rezagados incluso del grupo de naciones ricas que
van más lentas.
En sus cálculos, el FMI asume que los mercados europeos se
tranquilizan y el nerviosismo se disipará progresivamente, pero
existe el riesgo de que esté equivocado, como admite el propio
organismo.
Actualmente la incertidumbre sobre la cartera de títulos de deuda
pública en los balances de los bancos europeos hace que las
entidades estén menos dispuestas a prestarse unas a otras, según
explicó la institución.
Al mismo tiempo, se ha constatado un "colapso" en la emisión de
bonos por parte de las empresas, más agudo incluso que tras la
bancarrota del banco de inversión Lehman Brothers, en el 2008, que
fue el desencadenante de los momentos de mayor pánico a nivel
mundial.
Estas circunstancias revelan la "fragilidad" en los mercados, que
se vería trastocada si vuelve la inquietud sobre el nivel de deuda
de los países europeos y sus perspectivas de crecimiento, alertó el
FMI.
El empeoramiento de las condiciones financieras provocaría una
reducción del crédito, minaría la confianza de las empresas y los
consumidores, y hundiría el euro, a su juicio.
Esa espiral nefasta se extendería al resto del mundo por los
vínculos financieros y comerciales con Europa, y bajaría el
crecimiento del planeta en 1,5 puntos porcentuales, predijo el
Fondo.
Otro riesgo, aunque menor, es una reducción de la demanda debida
a unos planes de ajuste fiscal "excesivamente profundos o mal
diseñados".
Para prevenir que esos escenarios adversos se materialicen, el
FMI recomendó a la zona euro hacer "totalmente operativo" el
mecanismo de estabilidad capaz de movilizar 440.000 millones de
euros para respaldar la deuda de sus miembros.
Al Banco Central Europeo (BCE) le pidió seguir comprando bonos
públicos, pues "los mercados aún no están convencidos de su
compromiso de aumentar las adquisiciones si fuera necesario".
También solicitó planes para dotar de capital a los bancos que
salgan mal parados de las pruebas de resistencia que serán
publicadas este mes y para desmantelar a los que sean muy débiles.
En el terreno fiscal, el FMI insistió en que los países ricos
deben anunciar metas de reducción de déficit durante varios años,
bajadas permanentes del gasto y reformas de los sistemas de
pensiones y de salud que les permitan ahorrar dinero público. EFE