Washington, 7 jul (EFE).- El Fondo Monetario Internacional (FMI)
elevó hoy hasta el 4,6% su pronóstico de crecimiento mundial para
2010, debido al fuerte tirón de Asia en la primera mitad del año,
pero alertó de un aumento "drástico" de los riesgos por la crisis en
Europa.
Su nueva cifra supera en cuatro décimas el cálculo de abril,
mientras que el organismo dejó sin cambios su previsión para 2011,
en el 4,3%.
Explica el cambio el buen desempeño de los países emergentes, que
crecerán este año medio punto porcentual más que lo anticipado.
El que se lleva la palma es Brasil, al que el FMI aumentó el
crecimiento previsto en 1,6 puntos porcentuales, hasta el 7,1% este
año. China superará el 10 por ciento durante el actual ejercicio e
India se quedará en ciernes de las dos cifras.
El FMI continúa creyendo en una recuperación a dos marchas, con
los países ricos avanzando a un ritmo "modesto" y los mercados
emergentes acelerados.
La gran incógnita que pesa sobre la recuperación mundial es
Europa, a juicio del organismo, que divulgó en Hong Kong dos
informes que actualizan su visión de la economía y del sistema
financiero.
La buena noticia es que no hay señales por ahora de que los
problemas financieros en Europa hayan frenado el repunte económico.
El FMI mantuvo su previsión de un crecimiento del 1% en la zona
euro para este año, aunque lo redujo en tres décimas para 2011,
hasta el 1,3%.
En sus cálculos asume que las condiciones en los mercados
europeos mejorarán de forma progresiva y los trastornos en otras
regiones serán menores.
Pero, como admite el propio organismo, el gran peligro es que se
equivoque y que la preocupación de los inversores por el nivel de
deuda de algunos países europeos, como Grecia, Portugal, España,
Italia e Irlanda, se transforme en una crisis de confianza en su
banca, erosione la confianza de las empresas y los consumidores, y
hunda el euro.
Ese escenario restaría 1,5 puntos porcentuales al crecimiento del
planeta en 2011, hasta dejarlo en el 2,8%.
Otros riesgos a los que se enfrenta el mundo son una reducción de
la demanda debida a unos planes de ajuste fiscal "excesivamente
profundos o mal diseñados" y el agravamiento del sector inmobiliario
de Estados Unidos, que aún no da señales claras de levantar cabeza,
explicó la entidad.
El FMI recomendó a los países ricos que elaboren planes para
poner sus finanzas en orden a medio y largo plazo, con metas de
reducción de déficit durante varios años, bajadas permanentes del
gasto y reformas de los sistemas de pensiones y de salud que les
permitan ahorrar dinero público.
Mientras, a los países emergentes de alto crecimiento les
aconsejó acabar ya con las políticas de estímulo económico.
A los que tienen altos superávit comerciales y un bajo nivel de
deuda les pidió subir las tasas de interés y dejar que se aprecie su
moneda. En ese grupo estaría China, aunque el FMI no mencionó países
específicos en su informe.
Mientras, naciones que reciben un alto volumen de capital
extranjero deberían reducir el gasto público primero, para evitar
que un incremento en los intereses aumente más aún el flujo de
dinero externo que llega a su territorio.
Esa es la recomendación que el Fondo ha dirigido en el pasado a
América Latina. EFE
cma/cae/eat