Londres, 18 nov (EFE).- Dos grandes compañías de confitería,
responsables de la elaboración de los Kit Kat y los bombones Ferrero
Rocher, podrían unir sus fuerzas para adquirir la británica Cadbury
tras la opa fallida de Kraft, dando el pistoletazo de salida a lo
que la prensa británica ha bautizado como "la guerra del chocolate".
A pesar de que por el momento ni la estadounidense Hershey
(fabricante de las barras de chocolate Kit Kat) ni la italiana
Ferrero (que elabora los bombones Ferrero Rocher) han confirmado
oficialmente su interés conjunto por Cadbury, varias fuentes
"próximas" a ambas empresas han relatado a los diarios las
intenciones de los dos gigantes de la confitería.
La alianza de la estadounidense, líder indiscutible del sector
chocolatero en su país, y de la italiana, que aportaría solidez
financiera al proyecto, se presenta como la única alternativa viable
a la opa hostil formulada el pasado mes de octubre por Kraft, que
valoraba a la compañía británica en 9.800 millones de libras (11.000
millones de euros) y que fue calificada de "ridícula" por ésta.
Y es que, al igual que viene ocurriendo durante los últimos meses
en sectores como el energético, el aéreo o el de las
telecomunicaciones, la confitería tampoco escapa a la caída del
consumo derivada de la crisis financiera global.
El estancamiento, y en algunos casos descenso, de las ventas
registrado a lo largo de 2009 ha presionado tanto las cuentas de
resultados de las empresas como su cotización bursátil.
Ante esta situación, la salida más próxima se presenta mediante
la unión de fuerzas con otras empresas del sector con las que poder
complementar su actividad y reducir costes asociados al proceso
productivo.
Éste es el principal atractivo que tanto Hershey como Ferrero
podrían encontrar en Cadbury, cuyos principales mercados son el
británico y el australiano con marcas como Crunch o Flakes,
territorios aún sin explotar por las interesadas.
Además, también se encarga de la producción de los chicles
Trident, que en el mercado estadounidense amenazan al liderazgo de
Wringley, propiedad de Hershey.
Por su parte, en la Europa continental la presencia de la
británica es aún muy débil, pero se trata de un mercado plenamente
abastecido por Ferrero.
Según ha comentado una fuente cercana a Cadbury al rotativo "The
Guardian", la compañía no ha recibido por el momento noticia alguna
acerca de la presunta alianza entre Hershey y Ferrero.
Además, esa misma fuente precisa que "Cadbury no está en venta,
aunque considerará cualquier oferta que valore a la compañía en su
justa medida y pueda ser interesante para los accionistas".
En la actualidad, Hershey emplea a 12.000 trabajadores, Ferrero a
22.000 y Cadbury a 46.000 personas.
De llegar a buen puerto la eventual oferta, la fuerza laboral de
la empresa resultante alcanzaría los 80.000 trabajadores, una
ingente plantilla que ha despertado el recelo de los sindicatos
británicos, que temen que una posible adquisición pueda traducirse
en un recorte de personal.
Ante esta nueva situación, los expertos están a la espera de la
reacción de Kraft, que, si sigue interesada en la británica, podría
tener que mover ficha y aumentar el valor de su oferta para hacer
frente al consorcio Hershey-Ferrero. EFE