Londres, 30 mar (EFE).- El mayor desafío que tiene planteado la
petrolera mexicana Pemex es descubrir nuevas reservas que garanticen
la producción durante los próximos treinta o cuarenta años, según
David Shields, analista independiente del sector consultado por el
Financial Times.
Pero, señala Shields, "el problema para Pemex es que la
legislación mexicana no permite las joint ventures. Prohíbe el tipo
de trabajo que se necesita y el tipo de acuerdos e incentivos que
exige la producción en aguas profundas".
Según el analista, "las recientes reformas no han sido lo
suficientemente radicales" que requiere la situación.
El jefe de exploración y producción de Pemex, Carlos Morales,
está de acuerdo en que la empresa - y el país- se beneficiarían de
un régimen fiscal lo suficientemente atractivo como para convencer a
las compañías petroleras de que deben aceptar el riesgo de explorar
las aguas más profundas del país.
"Será beneficioso para el país traer capacidades adicionales para
ayudar a Pemex aun manteniendo a ésta con el mandato para maximizar
el valor", explica Morales en declaraciones al periódico británico.
Morales ve sólo una "posibilidad" de que las reformas del
Gobierno atraigan a las petroleras internacionales.
Competería al Gobierno introducir nuevas reformas si Pemex se
mostrase incapaz de mejorar sus prestaciones.
"Si no se ven resultados por parte de Pemex, el pueblo tendrá la
libertad y el Congreso deberá responder a la posición popular
acometiendo reformas adicionales. Pero es una decisión que les
corresponde a ellos. Yo soy sólo el operador", explica Morales.
El analista Shields considera, sin embargo, poco probable un
cambio político y pinta un panorama más bien sombrío del futuro de
México.
"Estamos exportando -comenta- poco más de un millón de barriles
diarios, lo que es mucho menos de lo que exportábamos antes, y esa
cifra va a tender lentamente hacia el cero en los diez próximos
años". EFE