Alba Santandreu
Sao Paulo, 26 may (.).- El gigante cárnico JBS, centro de un escándalo de corrupción que salpica directamente al presidente de Brasil, Michel Temer, se ha sumergido en una crisis, que en tan solo seis sesiones le ha llevado a perder más de 1.500 millones de dólares de valor de mercado.
La compañía, mayor procesadora de proteína animal del mundo, ha vivido una nueva semana negra, en las que sus acciones acumularon una pérdida del 11,43 % en la bolsa de Sao Paulo, después de que saliera a la luz la confesión realizada por sus dueños ante la Justicia.
Desde entonces, los papeles de la empresa se han adentrado en una senda bursátil de bruscas subidas y bajadas -como la caída del 31,34 % del lunes y la subida del 22,54 % del jueves-, en medio a la incertidumbre sobre los próximos acontecimientos judiciales que pueden debilitar a la cárnica.
De acuerdo con la consultora brasileña Economática, el precio de mercado de JBS era de 8.341 millones de dólares el 17 de abril, horas antes de que fuese divulgada la "delación premiada" de sus controladores, mientras que este jueves bajó hasta los 6.825 millones de dólares.
Los hermanos Joesley y Wesley Batista, socios de JBS, admitieron ante las autoridades la corrupción practicada por la empresa a cambio de una serie de beneficios en sus posibles penas, e incriminaron a centenas de políticos, entre ellos el jefe de Estado.
Además de crear un vendaval en el terreno político, la confesión generó un terremoto económico y ha cerrado el cerco sobre JBS, contra quien la Comisión de Valores Mobiliarios, que regula el mercado financiero, ha abierto cinco investigaciones.
JBS compró 1.000 millones de dólares y vendió una gran cantidad de acciones la víspera de que saltara el escándalo, consciente de la fuerte depreciación que sufriría el real -que llegó a perder más de un 8 % el jueves 18 de abril- y la fuerte caída que registrarían sus títulos.
En esa dirección, la CVM indaga si la empresa cometió el delito de "insider trading", como se conoce el uso de información privilegiada para negociar papeles.
Tan solo con esas dos operaciones JBS lucró 364 millones de reales (unos 110 millones de dólares), un valor superior a la multa de 225 millones de reales (68 millones de dólares) impuesta por la justicia a cambio de entregar minuciosos detalles sobre la corrupción que contaminó el sistema político brasileño.
La situación de la empresa, implicada también en una trama corrupta que adulteraba carne, se complicó todavía más después de que un despacho de abogados de Estados Unidos anunciase que estudia procesar a JBS en una acción colectiva.
"Existe mucha incertidumbre sobre JBS y las acciones están saliendo de las posiciones con ventas muy fuertes", afirmó a Efe Julia Erse, gestor de Constancia Investimentos.
Esa incertidumbre llevó a la agencia de calificación de riesgos Moody's a rebajar la nota de la compañía, ante el riesgo de posible aumento de procesos judiciales.
Mientras sus acreedores siguen atentos a los próximos capítulos, en las redes sociales ha surgido un movimiento para boicotear los productos de JBS, cuyo controlador (J&F), es dueño de más de 40 marcas, entre ellas las famosas sandalias Havaianas.
El holding J&F es precisamente el encargado de negociar con la Fiscalía un acuerdo de lenidad, después de que fracasara el primer intento entre ambas partes para llegar a un pacto.
Las autoridades piden una multa de 11.000 millones de reales (unos 3.300 millones de dólares), pero por el momento la empresa tan solo ofrece 4.000 millones de reales (unos 1.220 millones de dólares).
En medio de la negociación, el diario O Estado de Sao Paulo publicó esta semana que J&F evalúa vender alguno de sus activos, entre ellos Alpargatas -dueña de las famosas Havaianas-, Eldorado y Vigor.