Adriana Flores Bórquez
Atenas, 26 abr (EFE).- La petición de auxilio financiero
internacional formulada por el Gobierno griego no ha servido, como
esperó el Ejecutivo de Atenas, para rebajar la presión de los
mercados internacionales, preocupados ahora porque las reticencias
de Alemania y Francia dificulten la activación de la ayuda.
En la primera jornada laboral después de que Atenas solicitara el
viernes la activación de la ayuda crediticia de la eurozona y el
Fondo Monetario Internacional (FMI), la Bolsa de Atenas se desplomó
y a media mañana llegó a marcar una caída del 4 por ciento, aunque
luego se recuperó levemente.
Al mismo tiempo, el bono griego siguió su desbocada carrera al
alza y la rentabilidad llegó al 9,37 por ciento, con lo que el
diferencial con el bono alemán marcó el valor récord de 635 puntos
básicos.
Los mercados siguen así sin dar tregua a Grecia, el primer país
de la eurozona que ha de recurrir a la ayuda externa para garantizar
el pago de sus obligaciones, sobre todo teniendo en cuenta la
postura de París y Berlín, que han dejado claro que un préstamo
europeo a Atenas pasa por que los griegos se aprieten aún más el
cinturón y sigan recortando el gasto público.
El portavoz del Gobierno, Yorgos Petalotís, declaró hoy que las
condiciones y la forma en que Grecia obtendrá el paquete de ayuda
"se anunciarán cuando se concluyan las negociaciones con la misión
de expertos".
Desde hace una semana, delegados de FMI, la Comisión Europea (CE)
y el Banco Central Europeo (BCE), estudian en Atenas los recortes y
cambios estructurales que Grecia tendrá que aplicar durante los
próximos tres años para levantar la economía.
Ante la exigencia de austeridad por parte de los socios europeos,
el Ejecutivo socialista apresura el paso para aplicar medidas de
ahorro.
El primer ministro, Yorgos Papandréu, presidió hoy una reunión
para estudiar formas de adelgazar el tamaño de la desproporcionada
administración pública.
En esa misma línea de austeridad, Petalotís no descartó que se
reduzcan las pagas extraordinarias de los funcionarios y que se
impongan aún más recortes en este sentido en 2011 y 2012.
Respecto al pago de su deuda a corto plazo, Petalotís, aseguró
que "el Gobierno tiene un plan para obtener crédito bajo las mejores
condiciones", ante la obligación de pagar unos 8.500 millones de
euros en intereses de deuda hasta finales de mayo.
Para añadir más tensión, los representantes sindicales de las
centrales mayoritarias se negaron hoy a reunirse con las
delegaciones europeas y del FMI con el argumento de que "no tienen
nada que conversar con ellos".
La incesante sucesión de paros y huelgas siguió hoy en Grecia con
la protesta de los trabajadores de el puerto de El Pireo, que
interrumpió el tráfico con las islas del Egeo.
Incluso los pilotos de la Fuerza Aérea protagonizaron una huelga
de brazos caídos que sólo mantuvo en el aire a las patrullas
esenciales de seguridad nacional, en protestas por el recorte de sus
pagas extraordinarias.
Para mañana, los funcionarios han sido convocados a un gran mitin
en la capital en protesta contra las medidas adicionales que se
esperan para los próximos dos años, que se sumarían a las ya
aprobadas congelaciones salariales, de contratos y a la oposición al
aumento de la edad de jubilación.
Además, se prevé un paro de seis horas del servicio de transporte
público en Atenas entre las 11.00 y 17.00 hora local (8.00 y 14.00
GMT) en protesta contra el aumento de impuestos.
El sindicato Gsee también tiene prevista esta semana otra huelga
de 24 horas para rechazar el plan de austeridad. EFE
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