Laura Barros
San Salvador, 28 oct (EFE).- El Salvador se enfrenta a la
posibilidad de entrar en un proceso de deflación que autoridades y
analistas atribuyen a los efectos de la crisis económica mundial, y
en su territorio está traduciéndose en la contracción del consumo y
el aumento del desempleo.
"Estamos teniendo señales deflacionarias y habría que esperar a
fin de año para ver si se constituye en una deflación o es un
episodio deflacionario", dijo a Efe el jefe de la Dirección General
de Estadística y Censos de El Salvador, Miguel Corleto.
A su juicio, el país tiene "claras señales de un episodio
deflacionario", luego de completar cinco meses con inflación
negativa en todo lo que va de 2009, tres de ellos de forma
consecutiva.
Según el Banco Central de la Reserva (BCR), la inflación en
septiembre cerró en -0,2 por ciento, al igual que en julio y agosto.
Corleto estimó que a finales de año la tasa de inflación puede
situarse entre -1 y 0 por ciento.
Indicó que una de las causas de este fenómeno es la baja en los
precios de los alimentos, que se dispararon un 14,3 por ciento en el
mismo período de 2008, cuando se advertía una crisis alimentaria.
"Estamos experimentando un ajuste en el nivel de precios,
particularmente alimenticios", aseguró.
Mencionó como otro "factor importante" en el panorama de precios
al consumidor "la estabilidad relativa" que ha mostrado el petróleo
durante este año, que se ha traducido en una baja de los
combustibles respecto de septiembre de 2008.
Según la Dirección de Estadísticas, los precios de los
combustibles cayeron un 7,9 por ciento, frente al repunte del 12,3
por ciento que alcanzó en el mismo período del año pasado.
El funcionario relató que Japón enfrentó una deflación en los 90,
que se tradujo en un bajo crecimiento, "con tasas de interés
cercanas a cero, y muchos años con tasas de inflación incluso
negativas".
No obstante, aseguró que el caso del país y de Centroamérica en
general está vinculado a la economía estadounidense, de donde
provienen en su mayoría las remesas, que en el caso salvadoreño
decrecieron un 10,3 por ciento entre enero y septiembre pasados.
"En EE.UU. las señales son un tanto ambiguas, hay síntomas de que
se tocó fondo y que empieza a darse cierta recuperación. Si eso se
da, seguramente que no entramos en un proceso deflacionario, porque
se va a reactivar la demanda externa", anticipó, sobre el principal
socio comercial de El Salvador.
El investigador de la Fundación Nacional para el Desarrollo
(Funde), Rommel Rodríguez, explicó a Efe que el actual período
deflacionario se debe a una "caída de la actividad económica".
"En la medida en que la economía comienza a contraerse, que las
empresas empiezan a despedir trabajadores, que la demanda comienza a
caer (...), en esa medida los mercados van respondiendo con una
caída en los precios", ilustró.
Sostuvo que la deflación es uno de los efectos de la crisis
mundial, que en el caso de El Salvador ha significado un incremento
del desempleo, como uno de los mecanismos de las economías
dolarizadas para absorber este tipo de impactos.
Y aunque no se conocen cifras exactas sobre la pérdida de
empleos, Rodríguez citó estimaciones sobre un recorte de alrededor
de 10.000 empleos en el sector formal durante el último trimestre de
2008, cuando, según especialistas, El Salvador comenzó a sentir "el
golpe" de la crisis internacional.
Sin embargo, alertó que "si bien los precios pueden estar
cayendo, la dificultad en este caso es que los salvadoreños tengan
ingresos" para comprar.
En el mismo sentido se expresó Corleto, quien opinó que los
consumidores aún se resienten de las alzas del año pasado y al
visitar un supermercado no sienten la bajada en el precio de los
alimentos, que se han contraído un 7,4 por ciento.
Para el economista Juan Héctor Vidal, la bajada en la demanda "es
un problema que se avizoraba especialmente por la caída de las
remesas y la pérdida de empleos".
Apuntó como un "síntoma" de esta situación los "descuentos" y
"grandes promociones" del comercio en busca de clientes que florecen
en el país. EFE