Tokio, 13 jun (.).- El yen aceleró hoy su depreciación frente al dólar y se situó en su nivel mínimo frente a la divisa estadounidense en casi 24 años, lo que unido a la inquietud por una estanflación global causó una caída del 3 % del índice referencial de la Bolsa de Tokio.
La divisa japonesa ha profundizado su tendencia bajista, y el dólar llegó a comprarse durante este lunes en la franja de los 135 yenes, lo que supone su precio más caro frente a la moneda nipona desde octubre de 1998, cuando se produjo la crisis financiera asiática.
El yen se muestra más estable con respecto al euro, que se movía durante el día de hoy en torno a los 141,01-77 yenes.
El temor por la caída libre del yen y la preocupación por la inflación también se vieron reflejados en el principal índice de la Bolsa de Tokio, el Nikkei, que cayó hoy un 3,01 %, mientras que el selectivo más amplio Topix, que incluye a las firmas de la sección principal, las de mayor capitalización, perdió un 2,16 %.
La renovada inquietud por la inflación y las especulaciones sobre una mayor agresividad en las futuras subidas de tipos de la Reserva Federal (Fed) de Estados Unidos también arrastraron al selectivo nipón, ante los temores de esta entidad suba aún más los tipos de interés para ayudar a controlar su economía.
Esta tendencia acentuaría aún más la divergencia entre las políticas monetarias del banco central estadounidense y del Banco de Japón (BoJ), que se muestra reticente a alterar su estrategia de flexibilización, basada en tasas negativas a corto plazo y una cuantiosa batería de medidas de estímulo.
Esta diferencia de enfoque ha venido alimentando una mayor compra de dólares desde que la Fed decidiera en marzo acometer su primera subida de tipos desde 2018 en un intento por controlar la inflación.
El gobernador del BoJ, Haruhiko Kuroda, negó hoy el riesgo de que la tercera economía mundial caiga en una posible estanflación y afirmó que Japón se encuentra en un proceso de "recuperación" debido al alivio de las medidas de prevención de la covid y progresiva entrada de turistas.
"Actualmente no estamos en proceso de estanflación y tampoco creo que se pueda producir en el futuro", dijo Kuroda, y se mantuvo optimista con respecto a las previsiones de crecimiento del país asiático.
Las declaraciones de Kuroda se producen tres días antes de que el BoJ celebre su próxima reunión de política monetaria el jueves y viernes de esta semana, donde el foco estará puesto en el mantenimiento o no de sus medidas de estímulo.
El BoJ ha reiterado que mantendrá su rumbo actual para intentar alcanzar su esquivo objetivo de situar la inflación en torno al 2 % de forma estable y no a merced de la coyuntura global.
El ministro de Finanzas, Shunichi Suzuki, negó también una posible intervención del Gobierno en el mercado de divisas y señaló que esta tendencia monetaria tiene aspectos positivos y negativos.
Un yen barato frente al dólar o al euro es considerado beneficioso para las empresas exportadoras niponas, al incrementar sus beneficios al repatriarlos y hacerlas más competitivas en el exterior.
Sin embargo, una devaluación excesiva puede llegar a lastrar a la economía japonesa, al encarecer aún más la energía y las materias primas importadas de las que es altamente dependiente y que se han disparado a nivel global a raíz de los problemas de suministro y de la guerra de Ucrania.
"Incluso si el yen se deprecia y los costes de importación aumentan, no sería un problema mientras los salarios crezcan para compensar el impacto, aunque ahora el crecimiento de los salarios es débil", dijo Suzuki.
El Banco de Japón prevé que la economía nacional crezca un 2,9 % en el ejercicio fiscal en curso, que comenzó el pasado abril y se prolongará hasta fin de marzo de 2023.
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