María Gómez
Bruselas, 29 dic (EFE).- La agenda de reformas económicas
destinada a convertir la Unión Europea en una economía sostenible,
socialmente más responsable y respetuosa con el medio ambiente
durante la próxima década centran los objetivos de la presidencia
española de turno de la UE.
España deberá liderar, junto al recién nombrado presidente
estable del Consejo Europeo, el belga Herman van Rompuy, las
negociaciones para alumbrar un documento que marque las principales
líneas económicas que gobernarán la Unión a medio plazo y que
deberán afianzar la salida de la crisis.
Este documento sustituirá a la fallida "estrategia de Lisboa",
que tuvo su origen en la cumbre europea celebrada en la capital
portuguesa en marzo de 2000, y que tenía por objetivo convertir la
economía europea en la más competitiva del mundo antes de 2010,
aumentando la productividad y con pleno empleo.
"El objetivo de España es garantizar la recuperación económica de
Europa mediante una mejor coordinación entre estados miembros y la
aprobación de una estrategia europea para lograr el crecimiento
económico sostenible en 2020", dice el documento de prioridades
publicado por la presidencia de turno española.
Van Rompuy ha anunciado la celebración de una cumbre informal y
monotemática en febrero próximo para discutir las principales líneas
del borrador que redactará la Comisión Europea, que creen que podrá
ser aprobado definitivamente en la tradicional cumbre de primavera,
en marzo.
Los distintos estados e instituciones comunitarias coinciden en
su deseo de que la nueva estrategia contemple unos objetivos más
realistas que Lisboa y busque algún modo para que los estados
miembros cumplan con los mismos.
Sin embargo, difieren sobre la conveniencia de incorporar
mecanismos de castigo como los contemplados, por ejemplo, en el
pacto de estabilidad y crecimiento, que prevé sanciones en caso de
que los estados incumplan su compromiso de mantener el déficit
público por debajo del 3% del PIB.
El ministro español de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel
Moratinos, ya ha manifestado su posición favorable a la introducción
de mecanismos vinculantes durante la presentación en Bruselas de las
prioridades de la presidencia española, aunque no hizo mención a
ninguna opción concreta.
El carácter obligatorio en el cumplimiento de los objetivos será
uno de los principales puntos de fricción, pues según fuentes
diplomáticas "las líneas generales filosóficas de lo que se tiene
que hacer están claras para todos los miembros".
"El consenso va a ser grande en este asunto. No creo que haya
muchas diferencias más allá del énfasis que cada estado miembro
quiera dar a cada área", explicaron las mismas fuentes.
La Comisión Europea ya ha presentado un primer documento de
orientación.
Además de la coordinación de las políticas económicas, la salida
de los programas de reflote de la economía y de apoyo al sector
financiero también deberá ser pactada el próximo semestre, bajo la
mirada atenta de los jefes de Estado y de Gobierno de los
Veintisiete, debido a su importancia.
Por otra parte, la presidencia española deberá ejercer de
facilitadora de consensos entre el Consejo y el Parlamento europeo
respecto a la nueva supervisión financiera de la UE, destinada a
evitar crisis como la vivida en otoño de 2008.
Los Gobiernos pactaron la creación de una serie de órganos de
supervisión financiera paneuropeos a comienzos de diciembre, pero
tanto la Comisión Europea como el Parlamento han mostrado su
descontento con el resultado.
Ambas instituciones consideran que el texto propuesto en
principio por la CE ha quedado "demasiado diluido", tras la
introducción de una salvaguarda que permite a los estados recurrir
una decisión de los nuevos reguladores europeos. EFE