Naciones Unidas, 30 mar (EFE).- Las grandes cadenas de
supermercados europeas carecen en general de suficientes mecanismos
para asegurarse de que sus productos no provienen de la explotación
de trabajadores en los países en desarrollo, afirma un informe de la
organización Consumers International (CI) divulgado hoy.
El estudio, presentado en la sede de Naciones Unidas, considera
"decepcionante" el respeto a los preceptos de la responsabilidad
social corporativa (RSC) en las empresas del sector.
"Pese a algunos ejemplos positivos, la mayoría de los
supermercados no puede demostrar que asume la responsabilidad de
asegurar el respeto a las condiciones laborales (dignas) y el
comercio justo en sus cadenas de proveedores", señala el documento.
Entre las excepciones que menciona están las cadenas Coop Italia
y Coop Dinamarca, mientras que señala a las francesas Auchan y
Carrefour, además de la española Mercadona y la belga Colruyt, entre
las que han adoptado "algunas medidas" en este terreno.
Los autores del estudio centraron la investigación en las "marcas
blancas" (las que comercializan los supermercados con su propio
nombre) que ofrecen las grandes cadenas, ya que en estos productos
tienen un mayor control sobre la cadena de proveedores.
Además, su capacidad de compra los convierte en actores
dominantes en los mercados de la alimentación y les proporciona el
poder de tener influencia en las prácticas de los proveedores.
Las cinco principales cadenas en los ocho países examinados
(España, Bélgica, Francia, Dinamarca, Grecia, Italia, Portugal y
Polonia) controlan el 50% el mercado, resalta la CI.
En sus conclusiones, el informe afirma que "es evidente que las
iniciativas sobre la RSC no incluyen siempre a todos los productos y
tampoco se aplica siempre activamente a las cadenas de proveedores
en los países en desarrollo".
Tampoco se proporciona suficiente información sobre el
cumplimiento de las políticas de responsabilidad social compartida
de las empresas y las auditorías efectuadas para garantizar su
respeto.
Además, sólo 5 de las 16 compañías examinadas tienen reglamentos
internos sobre salarios dignos y en apenas tres existen mecanismos
de denuncia de abusos.
La mayoría de las cadenas de supermercados carece de mecanismos
para asegurar que las relaciones con sus proveedores se ajustan a
las normas del comercio justo, afirma el informe.
Consumers International también asegura que la posición del
sector en esta materia contrasta con la opinión de los consumidores
europeos, que en un sondeo paralelo al informe respaldaron que se
pague a los proveedores precios que aseguren salarios dignos para
los trabajadores, dijo la organización.
"Este resultado confirma otros sondeos de consumidores que
demuestran la creciente preocupación del consumidor europeo sobre
las consecuencias que su elección de productos tiene en otras
personas", agregó. EFE