Pekín, 4 nov (EFE).- Desde una isla privada hasta un castillo en París, las propiedades de lujo que se ofertan en la feria Luxury Properties Showcase inaugurada hoy en Pekín deslumbran a los inversores chinos que la visitan.
El evento reúne a 60 expositores internacionales que publicitan inmuebles en más de 20 países de todo el mundo, e incluye condominios, hoteles y centros de esquí, entre otros.
"No sabía que una isla privada podía ser tan barata. Cuesta lo mismo que un chalet en Pekín", dijo a Efe William Chen, un empresario del sector de las tecnologías de la información.
El ejecutivo señaló además que los precios de las propiedades en el gigante asiático están "inflados", por lo que tanto él como su grupo de amigos planean invertir en el extranjero, donde además pueden tener una calidad de vida mejor.
Según Christopher Comer, director del grupo Castlewood, una inmobiliaria con base en Singapur, "el apetito de los chinos por invertir es gigante".
"China es una economía en expansión, y los chinos quieren lo que Occidente tiene, esto es, libertad para moverse por todo el mundo y disfrutar del lujo", explicó a Efe Comer, cuyo principal negocio es la venta de hoteles de lujo en Tailandia.
En la feria se promocionan propiedades en lugares tan diversos como Estados Unidos, Australia, México, Gran Bretaña, Alemania, Italia o Francia.
De este último, lo que más llama la atención al público chino además de los viñedos y bodegas son los castillos.
Los chinos buscan "historia" en los castillos, explicó a Efe Stéphane Bertoux, un corredor inmobiliario francés, quien dijo que los chinos están muy interesados por los terrenos, ya que no pueden comprar grandes extensiones en su país.
"Les impresiona el hecho de que en Francia pueden comprar un castillo con 100 hectáreas de bosques", comentó Bertoux.
En cuanto a los precios, el corredor inmobiliario destacó que son "sorprendentemente accesibles".
Su empresa ofrece castillos que van de los 1,5 millones hasta los 40 millones de euros, dependiendo de su cercanía a París.
Pero más allá del valor de la propiedad, lo que frena las transacciones son las trabas que impone el Gobierno chino a la compra de moneda extranjera o la transferencia de dinero al extranjero.
Según explicó Beroux, los chinos solo pueden comprar hasta 50.000 dólares por año, por lo que para acceder a una propiedad de lujo en el extranjero apelan a diversas maniobras legales, como poner el dinero a nombre de una compañía.
Respecto del destino de la propiedad adquirida, el director de Castlewood explicó que en la mayoría de casos se trata de inversores o de parejas que buscan dejar una herencia "en ladrillos" a sus hijos. EFE
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