Teresa Bouza
Washington, 6 oct (EFE).- La economía global crecerá este año un
4,8% gracias al empuje de los países emergentes, que están a la
cabeza de una recuperación frágil y asediada desde múltiples
frentes, señala hoy el Fondo Monetario Internacional (FMI).
El organismo, que ha divulgado este miércoles su informe
semestral "Perspectivas Económicas Mundiales", pronostica además que
el producto interior bruto (PIB) mundial repuntará un 4,2% en 2011.
El FMI había adelantado en julio pasado que el mundo crecería un
4,6% en el 2010 y un 4,3% en 2011.
Los que más tirarán del carro económico global serán los países
emergentes, que crecerán este año una media del 7,1%, frente al
tímido 2,7% del que se beneficiarán sus socios del mundo rico, los
más penalizados por la crisis.
La tendencia continuará en el 2011, cuando el mundo avanzado
crecerá un 2,2%, muy por debajo del mundo en desarrollo, que se
desmarcará con un repunte del 6,4%.
Más allá de subrayar esa tendencia, el FMI señala que la
fragilidad imperante en el proceso de recuperación se debe a que las
economías avanzadas aún no han logrado fortalecer la demanda interna
y dejar así más espacio para la consolidación fiscal.
A ese "reequilibrio" tiene que sumarse otro, que pasa porque los
países con déficit elevados, como EEUU, refuercen su sector
exportador y los que disfrutan de superávit, principalmente en Asia,
reduzcan sus ventas al exterior.
Para que se materialicen esos cambios es necesario, de un lado,
que las economías desarrolladas reformen sus sectores financieros
para que de esa forma vuelva a fluir sin problema el crédito a los
mercados.
El Fondo insiste, además, en que la austeridad fiscal necesita
establecerse plenamente en el 2011 y que se precisan "urgentemente"
planes específicos para recortar los déficit presupuestarios y crear
así un espacio de maniobra en el terreno fiscal.
"Uno de los desafíos más urgentes para las economías avanzadas es
legislar planes para ayudar a conseguir posiciones fiscales
sostenibles antes del final de la década", destaca el informe.
El Fondo señala que esa tarea es más urgente ahora que hace seis
meses debido a los "todavía volátiles" mercados de deuda soberana,
sobre todo en Europa.
El organismo insiste en que el margen de maniobra en el terreno
fiscal puede ser necesario ya que las políticas monetarias por sí
mismas pueden no ser capaces de ofrecer el respaldo necesario para
contrarrestar la débil actividad en los países desarrollados.
La institución considera que los planes de austeridad fiscal
tendrán que incluir reformas en aquellos programas en los que los
gastos aumentan rápidamente como los programas de seguridad social.
Además, también son "críticas" mejores prácticas en el sector
financiero en los países desarrollados para que la recuperación sea
más firme y blindarla ante posibles contratiempos.
El estudio añade que, aunque los países emergentes han concluido
"con éxito" la primera ronda de reformas para mejorar sus marcos
macroeconómicos, necesitan dar un paso más para sostener o aumentar
todavía más su potencial de crecimiento.
Para ello podría ser útil, destaca el Fondo, que los emergentes
simplifiquen la regulación en los mercados de productos y servicios
y que construyan infraestructuras críticas.
Esas reformas, indica el FMI, permitirán también absorber los
crecientes flujos de capital de forma productiva.
El Instituto de Finanzas Internacionales (IIF), la mayor
asociación de banca del mundo, predijo esta semana que los flujos
privados de capital a los mercados emergentes aumentarán un 41,9%
este año hasta los 825.000 millones de dólares. EFE