Washington, 21 abr (EFE).- La economía china, que crecerá en
torno al 10 por ciento este año y el próximo, comenzará a basarse
más en una fuerte demanda interna que en el gasto público, según las
previsiones del Fondo Monetario Internacional (FMI).
En su informe semestral "Perspectivas Económicas Mundiales", el
FMI pronostica un crecimiento del producto interior bruto (PIB) del
10,0 por ciento para este año y del 9,9 por ciento para 2011 en
China.
En 2009, el crecimiento de este país fue del 8,7 por ciento, por
encima del objetivo de su Gobierno, que se había fijado un 8,0 por
ciento.
El crecimiento, según el Fondo, estuvo en buena medida alentado
por el masivo plan de estímulo económico puesto en práctica por las
autoridades de Pekín.
Sin embargo, a lo largo de los próximos años prevé que una
economía estimulada por el gasto público, basado en la inversión en
infraestructuras, se vuelva hacia un mayor consumo e inversión en el
sector privado, lo que tendrá a su vez efectos positivos en países
vecinos dependientes de las exportaciones.
La incentivación del consumo se producirá a través de una mejora
del acceso a la financiación para las familias y las pequeñas
empresas, y un fortalecimiento de las redes de seguridad social y de
administración de las empresas que persuada a los ciudadanos a
reducir sus excesivos porcentajes de ahorro preventivo.
El FMI ve conveniente en China una retirada gradual y planificada
del plan de estímulo económico introducido en 2009, que minimizará,
según cree, los riesgos de créditos excesivamente permisivos.
No obstante, matiza que deben sopesarse también los riesgos de
que un endurecimiento de la política monetaria vaya a atraer aún más
flujos de capital.
"Condiciones de gran liquidez interna y externa y un crecimiento
del crédito pueden dar lugar a burbujas a medio plazo", advierte el
Fondo. EFE