César Muñoz Acebes
Washington, 22 abr (EFE).- El resultado de las negociaciones del
FMI y la Unión Europea sobre el futuro acuerdo con Grecia, que hoy
entraron en su segundo día, dependen de que el gobierno acepte un
ajuste fiscal muy duro en el segundo y tercer año de vigencia, según
dijo a Efe una fuente que está al tanto de las conversaciones.
A cambio, el Fondo Monetario Internacional (FMI) y las
autoridades europeas estarían dispuestos a extender créditos a
Grecia por encima de los 45.000 millones de euros (59.850 millones
de dólares) mencionados hasta ahora, de acuerdo con la fuente, que
pidió no ser identificada.
El gobierno griego pretende reducir el déficit en 4 puntos
porcentuales del Producto Interno Bruto (PIB) este año, pero tendrá
que mantener el esfuerzo durante los dos siguientes en medio de una
recesión que, según el Fondo, sólo remitirá en el 2012.
El programa será comparable en su dureza al que el FMI firmó con
Letonia, cuya economía se contrajo un 18 por ciento el año pasado y
donde los salarios de los funcionarios públicos, por ejemplo, han
caído un 20 por ciento.
Los detalles del acuerdo con Grecia aún están en discusión, pero
con la escalada de las primas de sus bonos el momento de la
solicitud formal de la ayuda por parte del gobierno está cada vez
más cerca, según los analistas.
Hoy la agencia europea de estadísticas Eurostat corrigió de nuevo
los datos del gobierno griego y afirmó que en 2009 el país tuvo un
déficit del 13,6% del PIB y no del 12,7%, como se había estimado
inicialmente.
Tras el anuncio, la agencia de calificación de riesgos Moody's
rebajó la calificación de la deuda griega y los intereses de su bono
a 10 años se acercaron al 11%, puesto que los inversores exigieron
más rentabilidad por el riesgo de una suspensión de pagos.
El director gerente del FMI, Dominique Strauss-Kahn, dijo hoy en
una rueda de prensa que el empeoramiento de las cifras del déficit
"no ayuda". "Si el problema comienza un poco peor que lo previsto,
debemos tenerlo en cuenta", afirmó.
El jefe del Fondo dijo que la entidad no estudia una
reestructuración de la deuda griega que haga que sus acreedores
pierdan parte de su inversión.
Una suspensión de pagos de ese tipo perjudicaría particularmente
a los bancos europeos, que poseen gran parte de los bonos griegos en
circulación.
Precisamente esa vulnerabilidad del sistema financiero europeo,
que aún se resiente de la crisis financiera, es una de las razones
por las cuales los gobiernos han puesto dinero sobre la mesa para
ayudar al país heleno.
Grecia es el caso más difícil que el FMI ha afrontado durante la
actual crisis, pues sus problemas amenazan con contagiarse a otros
países con déficit altos, con malas perspectivas de crecimiento o
con una deuda elevada.
En esa lista los propios mercados han puesto a Portugal, España,
Irlanda e Italia, al exigir más rentabilidad por comprar sus bonos
por el peligro que perciben en sus cuentas públicas.
Usualmente el Fondo firma acuerdos de un año y medio o dos años
de duración, pero en esta ocasión negocia un pacto crediticio a tres
años con Grecia porque considera imposible que el país pueda llevar
a cabo el ajuste fiscal necesario en menos tiempo.
Algunos analistas encuentran peligrosas similitudes con el caso
de Argentina en los años 90, cuando el FMI extendió a ese país una
serie de préstamos para sostener sus finanzas y defender su sistema
de paridad cambiaria con el dólar.
Al final, el Fondo sólo aplazó el colapso de la moneda y
probablemente agrandó la crisis, que llevó en 2001 a la mayor
suspensión de pagos en la historia y que mantiene a Argentina sin
acceso a los mercados internacionales de capitales hasta el día de
hoy.
Las finanzas de Grecia son incluso peores que las de Argentina en
los 90, pero el país cuenta con el "hermano mayor" de la Unión
Europea, que le ha tendido un cable precioso.
Aún así, la clave para el éxito del programa crediticio que el
FMI y Europa negocian con Grecia será la voluntad del gobierno y de
la población para hacer unos sacrificios muy duros, según los
expertos.
"Si las autoridades están dispuestas a poner en marcha una
política enérgica, la ayuda adicional del FMI y la Unión Europea
será muy útil", dijo a Efe Hung Tran, ex "número dos" del
departamento de mercados financieros del Fondo.
Si esa disposición falla, el programa crediticio sólo aplazaría
una quiebra inevitable, que dejaría chiquita a la argentina. EFE