Shanghái (China), 1 jul (EFE).- La filial china de la consultora internacional Ernst&Young prevé que el mercado chino de las ofertas públicas de valores (OPV) recaudará en 2014 unos 100.000 millones de yuanes (11.700 millones de euros, 16.100 millones de dólares), sobre todo gracias a las salidas a bolsa de nuevas pymes.
Así lo indicó mediante un informe que acaba de presentar en Shanghái, donde precisó que, según sus previsiones, la mayoría de las OPVs de este año en los parqués de esa ciudad y de Shenzhen serán de firmas industriales, tecnológicas y de comunicaciones, así como de distintos sectores que cuentan con apoyo estatal.
Entre estos incluyó las industrias culturales y de entretenimiento, la agricultura, la protección medioambiental y los nuevos materiales.
Durante la primera mitad de 2014 se lanzaron 52 OPVs en las dos bolsas chinas, que recaudaron conjuntamente 35.300 millones de yuanes, según el informe (4.150 millones de euros, 5.680 millones de dólares).
La media del rendimiento diario de estas 52 OPVs fue de un 43 por ciento entre enero y junio, y el coeficiente medio entre precio y ganancias de las nuevas acciones emitidas fue de 28 puntos, por debajo de los 30 puntos del mismo momento de 2012, y muy por debajo de los 48 de 2011 y de los 59 de 2010.
Los reguladores chinos planean aprobar cerca de un centenar de nuevas salidas a bolsa durante la segunda mitad del año, cerca de la mitad de lo que los analistas habían previsto al comienzo de 2014, después de que hubieran estado suspendidas entre octubre de 2012 y enero pasado.
A fecha del pasado 27 de junio había 706 empresas en proceso de aprobación de una OPV ante las autoridades, el 42 por ciento de ellas para Shanghái, el 35 por ciento para el panel tecnológico ChiNext de Shenzhen, y el 23 por ciento para el panel para pymes de la misma bolsa cantonesa.
En los últimos años un exceso de OPVs fallidas, concedidas en demasiadas ocasiones a empresas sin fundamentos financieros sólidos como para salir al mercado de valores, acabó provocando importantes pérdidas a numerosos inversores individuales.
Por eso la aprobación de nuevas OPVs estuvo paralizada en China durante 14 meses, hasta el pasado 31 de diciembre, por los problemas que provocaron a la larga las malas experiencias con las salidas a bolsa en Shanghái y Shenzhen.
En 2012 la CNMV tuvo que acabar publicando nuevas normas para que las OPVs se hagan con precios "razonables", y no hinchados artificialmente como solía ocurrir en China hasta entonces, lo que ahora puede ser sancionado como prácticas ilegales, aunque finalmente tuvo que paralizar la emisión de nuevas OPVs.
A ese problema se debió en gran parte que, en años anteriores, las OPVs chinas absorbiesen tanto la liquidez en el mercado que los índices bursátiles acabaran con un largo desplome entre 2010 y 2012.
Durante 2012, último año en que se habían permitido las OPVs en el país, se cerraron más de 1,2 millones de cuentas de acciones de tipo A (denominadas en yuanes, con las que cotizan las principales firmas en Shanghái y Shenzhen), y más de la mitad de los accionistas perdió dinero durante al menos los tres primeros semestres de aquel año.
Tras meses de nuevas medidas para tratar de controlar la situación, la CNMV paralizó las nuevas OPVs hasta que el mercado se recuperase lo suficiente, lo que finalmente ocurrió al comienzo de 2014.