Dublín, 9 jun (EFE).- La crisis del sector bancario en Irlanda
estuvo originada por las decisiones equivocadas tomadas durante años
por Gobierno de Dublín y por el fracaso de los organismos de control
a la hora de supervisar las actividades de las entidades
financieras.
Esas son las principales conclusiones de dos informes publicados
hoy en Dublín que profundizan sobre los orígenes de la grave crisis
económica que ha afectado a este país después de casi dos décadas de
espectacular crecimiento.
El primer informe está elaborado por dos ex economistas del Fondo
Monetario Internacional (FMI), Klaus Regling y Max Watson, quienes
critican los presupuestos generales presentados por el Ejecutivo
irlandés durante los años de prosperidad, los cuales, dicen,
"debilitaron" a la economía nacional ante la llegada de la crisis
global de 2008.
Sin nombrarlo, el texto pone en tela de juicio la capacidad del
primer ministro irlandés, Brian Cowen, titular de Economía y
Finanzas entre 2004 y 2008, cuando sustituyó Bertie Ahern, jefe del
Gobierno irlandés desde 1997 hasta 2008.
"La crisis bancaria de Irlanda lleva la marca clara de las
influencias globales, pero, en cuestiones clave, es (una crisis)
casera", indican los autores.
El documento considera que la vigilancia y supervisión de las
cuentas públicas y de las entidades financieras podría haber ayudado
a Irlanda a "amortiguar" las consecuencias de la recesión, que ha
resultado ser "más duradera y profunda" de lo que podría haberse
esperado.
En su lugar, lamentan Regling y Watson, el Gobierno se dedicó a
malgastar el dinero generado por los impuestos procedentes del
sector inmobiliario y del consumo público en presupuestos generales
demasiados generosos.
"Además -continúan-, el continuo recorte de los impuestos dejaron
a las arcas del Estado en una posición de fragilidad. La política
fiscal incrementó la vulnerabilidad de la economía".
El otro informe es obra del gobernador del Banco Central de
Irlanda (BCI), Patrick Honohan, quien considera que el sistema de
regulación se caracterizó por su excesiva "deferencia" hacia los
bancos y por las "tímidas" respuestas ante ciertas señales de alarma
en sus actividades prestamistas.
Ambos textos servirán como evidencia en la investigación oficial
que lanzará próximamente el Gobierno irlandés para analizar la
crisis económica.
Honohan habla de prácticas irregulares entre los altos directivos
de las instituciones financieras, al tiempo que acusa al Gobierno de
depender en demasía de "fuentes de ingresos fiscales inseguros".
"Sus medidas presupuestarias, encaminadas a reforzar el sector de
la construcción, una actitud relajada hacia la fuerte dependencia de
la construcción y de otras fuentes de ingresos fiscales inseguros
fueron factores importantes en la creación de una política de gasto
insostenible en la economía", arguye Honohan.
"Todo esto ayudó a crear un clima entre la opinión pública que
llevó a pensar que la fiesta podría continuar para siempre", añade
el gobernador del BCI, quien, como Regling y Watson, opina que la
crisis irlandesa tiene características propias, pues llega a afirmar
que el colapso de la entidad estadounidense Lehman Brothers no
influyó en este país.
Por contra, Honohan defendió la decisión del Gobierno irlandés de
garantizar todos los depósitos de los principales bancos nacionales
en 2008.
El propio Cowen reconoció hoy que "sucesivos Ejecutivos
cometieron errores", pero insistió en que se tomaron medidas, por
ejemplo, para "enfriar" el sector inmobiliario antes del comienzo de
la crisis.
"Con lo que sabemos ahora, acepto totalmente que aquellas
decisiones fueron insuficientes", agregó el primer ministro. EFE