Lisboa, 4 jul (EFE).- La presión de los mercados sobre Portugal, con los intereses de su deuda disparados, continúa hoy por segundo día, aunque la bolsa se recupera, mientras los dos partidos conservadores negocian la continuidad del Gobierno de coalición.
Los intereses que penalizan hoy las obligaciones lusas a diez años en el mercado secundario -donde se compran y venden los títulos adquiridos en emisiones públicas- caían apenas unas centésimas y seguían en el entorno del 7,4 %, tal y como cerró en la anterior sesión.
Ayer la deuda lusa con vencimiento a una década llegó a cotizar al 8,1 %, la mayor tasa desde finales del pasado ejercicio y marcó así un nuevo máximo en 2013.
La Bolsa de Lisboa, que ayer perdió el 5,3 % y contagió al resto de Europa, se recupera hoy y a media sesión ganaba un 3 %.
En la deuda soberana, los plazos más cortos veían aumentar hoy los intereses como reflejo de que los mercados siguen observando la situación de Portugal con incertidumbre.
A cinco años, las obligaciones lusas subían hasta el 6,7 %, y a dos años el interés se elevaba hasta el 5,1 %.
Los inversores no dan muestran de estar tan confiados como el primer ministro luso, Pedro Passos Coelho, en la rápida solución de la crisis de Gobierno, pendiente del resultado de las conversaciones entre el Partido Social Demócrata (PSD, centro derecha) y el Centro Democrático Social Partido Popular (CDS-PP, democristiano).
Líderes de ambas formaciones hicieron ayer pública su voluntad de llegar a un acuerdo de gobernación tras la dimisión como ministro de Exteriores del presidente de los democristianos, Paulo Portas, disconforme con el nombramiento de una nueva ministra de Finanzas.
Las tasas de interés del bono luso comenzaron a dispararse el lunes por la tarde precisamente al conocerse la dimisión del titular de Finanzas y número dos del Gobierno, Vítor Gaspar, responsable de las políticas de austeridad aplicadas por el Ejecutivo.
La penalización sobre la deuda portuguesa se ha incrementado ya esta semana de forma notable, en comparación con la apertura del lunes, con los títulos a dos, cinco y diez años en torno al 3,4 %, 5,2 % y 6,4 % de interés, respectivamente.
La presión se desbocó entre el martes por la tarde y la mañana del miércoles, una vez conocida la dimisión de Portas.
La salida del Gobierno de su socio minoritario dejaría a Passos Coelho sin mayoría absoluta en el Parlamento y dificultaría la aprobación de leyes y presupuestos en un momento delicado para el país, que todavía se encuentra bajo la asistencia financiera de la UE y el Fondo Monetario Internacional (FMI).
Técnicos de ambos organismos tienen previsto llegar a Lisboa el próximo 15 de julio para llevar a cabo una nueva evaluación trimestral del cumplimiento del programa de ajustes acordado con las autoridades portuguesas a cambio del rescate.
Esta visita se centrará en la definición por parte del Gobierno de una reforma del Estado que logre un ahorro del gasto público de 4.700 millones de euros, y que deberá ser implementada entre 2013 y 2014.
El contenido de esa reforma, que incluirá ajustes en la plantilla de trabajadores públicos y cambios en el sistema de pensiones, fue uno de los motivos de divergencia entre los dos socios del actual Gobierno luso. EFE