Costa do Sauípe (Brasil), 28 mar (EFE).- La presidenta brasileña, Dilma Rousseff, descartó hoy que "juicios apresurados" de la economía del país puedan "quebrantar" a Brasil, pocos días después de que la agencia de calificación de riesgo Standard & Poor's rebajara la nota soberana de crédito del país.
"No nos quebrantaremos con juicios apresurados y conclusiones precipitadas, que la realidad desmentirá", afirmó la mandataria en el discurso que pronunció durante la ceremonia inaugural de la 55 Asamblea Anual de gobernadores del Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
La jefe de Estado, en su pronunciamiento en el complejo hotelero de Costa do Sauípe ante las delegaciones de los 48 países miembros del BID, aseguró que en materia económica la realidad siempre termina imponiéndose.
"En algunos momentos expectativas, especulaciones, evaluaciones subjetivas e incluso hasta intereses políticos poden oscurecer la visión objetiva de los hechos", agregó.
Pese a que no se refirió específicamente a la reducción de la calificación, su discurso fue interpretado como una respuesta a las críticas a la política económica que varios dirigentes de la oposición han hecho tras la decisión de Standard & Poor's de rebajar la nota soberana de crédito de Brasil desde "BBB" hasta "BBB-".
Esa decisión dejó a Brasil en el último escalón de los países con grado de inversión, es decir considerados seguros para la inversión.
Según Standard & Poor's, "la rebaja refleja la combinación de deterioro fiscal y la posibilidad de que la política fiscal se mantenga débil en medio al crecimiento moderado en los próximos años".
"Estamos convencidos de la absoluta necesidad de preservar la solidez dos fundamentos macroeconómicos. Este compromiso no será alterado", afirmó Rousseff al referirse a las metas que su Gobierno se impuso de mantener la inflación este año por debajo del 6,5 % y de alcanzar un superávit primario en las cuentas públicas equivalente al 1,9 % del Producto Interior Bruto (PIB).
La mandataria recordó que la inflación se ha mantenido en los últimos diez años por debajo del límite máximo permitido por el Banco Central y que la política de ajuste fiscal le ha permitido al Gobierno reducir la deuda líquida hasta e equivalente del 33 % del PIB.
Agregó que el país ha recibido en los últimos doce meses 65.800 millones de dólares de inversión extranjera directa que demuestran la confianza de los inversores en Brasil y que, con 370.000 millones de dólares de reservas internacionales, el Gobierno cuenta con un lastro seguro para hacer frente a cualquier tipo de volatilidad.