Durante el mes de junio, el crédito directo hacia el sector privado generado por parte de la banca comercial, y sus subsidiarias Sofomes de tarjetas de crédito, ascendió a un 1,582 billones de pesos.
El stock de créditos al sector privado en el mes de junio significó una baja de 3,7% en términos interanuales.
En relación a la evolución del crédito al sector privado por segmento, el crédito directo al consumo registró una fuerte caída del 21,3%. Lo llamativo es que el financiamiento a la vivienda tuvo una tasa de crecimiento de 4,7% en términos interanuales.
Generalmente cuando las economías atraviesan una situación recesiva como la experimentada por México con turbulencias e incertidumbre, el financiamiento de largo plazo tiende a limitarse más que el financiamiento de corto plazo, es por ello que resulta extraño que el financiamiento al consumo haya sufrido más que el destinado a vivienda.
Por otra parte, el crédito directo a empresas no financieras y personas físicas con actividad empresarial presentó un incremento real anual de 6.6%, no muy diferente de la evolución observada en el crédito hipotecario.
La reducción en el financiamiento al consumo profundiza la contracción de la economía mexicana que puede llegar a observar una caída de su PBI del 8% para este año.